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Aplicación de sensores de flujo de savia para el cálculo de necesidades de riego en cultivos leñosos

Desarrollado por fisiólogos vegetales, agrónomos, analistas de sistemas, matemáticos e ingenieros electrónicos de Israel.

11 04 2024

Desde finales del siglo XX, en que se perfeccionó la medición del contenido de agua del suelo, mediante sondas a diferentes profundidades, la estimación de la carga y descarga de humedad disponible para las plantas, se popularizó llegando al nivel de uso que hoy en día tienen en las explotaciones más profesionales. Sin embargo, el objetivo perseguido por agrónomos y fisiólogos vegetales siempre ha sido distinguir con precisión la porción de ese agua que percola a capas profundas, la que se evapora del suelo a la atmósfera, y la que se absorbe por las raíces de la planta, circula por su tronco y se evapora por las hojas a través de los estomas.

Los sensores instalados directamente en la plantas por centros de investigación y universidades, suelen ser instrumentos que miden efectos indirectos en la planta (como los dendrómetros, que miden la turgencia de los tejidos en hoja o tallo), o los que miden la cantidad de agua presente en los tejidos (medidores de potencial hídrico en tallo u hojas). Pero la cantidad de agua (savia) circulando por el tallo de la planta, siempre ha sido el objetivo a realizar con medidores de flujo de savia fiables.

La ventaja de usar sensores en planta frente a las sondas de suelo es que las primeras miden la cantidad de agua presente en los tejidos de la planta, de forma independiente de lo que ocurra en el suelo.

Los nuevos sensores desarrollados por la empresa Treetoscope Ltd están orientados para un uso adaptado al agricultor. Se trata de un dispositivo compuesto por una sola sonda muy sencilla de instalar, capaz de medir de forma horaria la cantidad de savia que fluye de manera ascendente por el sistema vascular del tronco. Dicha sonda se calienta de forma periódica en el interior de la planta, y el movimiento ascendente de la savia produce una disipación de calor que puede medirse con mucha precisión. A lo largo del día, el flujo de savia va incrementando desde el amanecer hasta el punto de máxima transpiración a medio día, y decrece hasta detenerse al llegar la noche, momento en el que el sensor envía los datos a la nube y un potente algoritmo de cálculo devuelve al agricultor el valor de la evapotranspiración de ese día en esa parcela de cultivo.

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