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Irene Campos

14/07/15

Abejas y cítricos luchan por convivir

Mientras la supervivencia de las abejas se cuestiona, de manera simultánea y unida, el mapa citrícola valenciano se tambalea. Y en medio de este caos de mandarinas, abejas y campos los agricultores y apicultores valencianos se reunieron ayer en una jornada dedicada a sentar las bases para un nuevo modelo de convivencia entre ambos colectivos.

La jornada 'Las abejas son la solución' intentó tender puentes tras una intensa lucha entre ambos gremios para paliar la situación vivida en los campos valencianos. Hace más de dos décadas que se levantó un muro entre apicultores y agricultores. La cultivación de una variedad de cítricos híbridos muy polinizadores en un campo contiguo a otra plantación que no requiere de polinización para su desarrollo produjo un dilema en el sector apícola. La proximidad de ambos cultivos unidos a la presencia de colmenas provocaban la aparición de semillas en los cítricos incorrectos. La Conselleria decidió pues alejar los asentamientos colmeneros de las plantaciones de agrios en época de floración a través del llamado decreto de la 'pinyolà'. No obstante, esta solución ha tenido considerables consecuencias en la producción de una de las mieles más valoradas: la de azahar. «Este encuentro es un punto de partida en una convivencia entre dos colectivos que ha estado en entredicho pero que se necesitan mutuamente», aseguró Ramón Mampel, secretario general de La Unió de Llaudadors.

Para ello, la Unió solicitó una «ordenación definitiva del sector citrícola y el asentamiento de colmeneros en sitios con baja densidad». Una proposición, que por lo visto llevan demandando a la Conselleria desde hace años sin resultado. «El agricultor está pagando dinero sin estar seguros de que los cítricos vayan a estar libres de semillas», criticó Mampel.

El llamado 'síndrome de despoblamiento de abejas' no solo es perjudicial en el ecosistema sino también toca de pleno la economía de la Comunidad. Tal y como recordó Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace, el sector apícola es uno de los productores de riqueza más notables en la autonomía: «La polinización en la Comunidad genera cerca de 114 millones de euros al año». En este sentido, la Consellera de Agricultura, Elena Cebrián, encargada de inaugurar la jornada, destacó «la fortaleza» del sector apícola en términos de exportaciones e indicó que en 2014 el gremio valenciano vendió miel por un importe de 42,1 millones de euros convirtiéndose en la principal exportadora de España.

El encuentro también contó con el apoyo presencial de la Universidad de California, cuya visión agraria es similar a la que debe vivirse actualmente en Valencia. Parry Macdonald, doctora en el departamento de Entomología de la sede universitaria estadounidense, remarcó que disponen de varios grupos que conciencian sobre la importancia de establecer buenas relaciones entre agricultores y apicultores: «No significa que no tengamos problemas pero es evidente que se necesitan el uno al otro». Además, Macdonald quiso insistir sobre la importancia de la conservación de los insectos sin los cuales «no tendríamos ciertas comidas como pueden ser las almendras, los melones u otros cultivos».