Campo de Tejada cosecha 1.100.000 kilos de garbanzos y solo 300.000 llevarán la marca de calidad extra de la IGP

La cooperativa Campo de Tejada de Escacena del Campo (Huelva) ha cerrado la campaña del garbanzo de 2018 con una producción de 1.100.000 kilos, lo que supone un incremento del 20% con respecto a la cosecha anterior, donde se recolectaron un total de 800.000 kilos. De este volumen, solo 300.000 kilos se envasarán con la etiqueta de calidad de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Garbanzos de Escacena’.

Fecha: 17-Oct-2018

El aumento productivo de garbanzos este año se ha debido a varios motivos. El primero, al progresivo crecimiento de las hectáreas dedicadas al garbanzo que se está registrando en los últimos años en los municipios que tradicionalmente han estado vinculados a esta leguminosa en la comarca del Condado onubense.

El gerente de la cooperativa, Antonio Tomás Morales, precisa en este sentido que “hace cuatro años se contabilizan algo más de cien hectáreas; el año pasado llegamos hasta las 540 y este año nos hemos situado ya en las 700. El objetivo, si el mercado nos lo permite, es contar con unas 2.000 hectáreas integradas dentro de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Garbanzo de Escacena’”.

Otros factores que han propiciado este repunte han sido la importante rentabilidad que el socio de la cooperativa está obteniendo en las dos últimas campañas como consecuencia de una mayor comercialización de los garbanzos con el distintivo de la IG y, sobre todo, que las nuevas variedades que se están utilizando son más resistentes a las enfermedades, lo que asegura al agricultor que “la cosecha, en mayor o menor medida, la va a recolectar”.

Prueba de ello es que los rendimientos que se conseguían con las antiguas variedades no sobrepasan los 1.000 kilos por hectáreas, mientras que ahora, con la variedad Ituci, que la cooperativa registró hace 4 años, se sitúa entre los 1.600 y 1.700 kilos la hectárea.

Nuevas variedades

En esta última campaña, la tercera que la producción está acogida a las exigencias de la IGP, el 80% de los garbanzos utilizados han sido de la variedad Ituci, mientras que el 20% restante es blanco lechoso.

Según Antonio Tomás, “el blanco lecho está prácticamente desapareciendo de las plantaciones, porque Ituci aporta más resistencia y esa cualidad le da más seguridad a los agricultores. Además, es una variedad que aunque culinariamente dicen que es igual o incluso mejor que el blanco lechoso, cumple perfectamente con los requisitos de calidad que exigimos, de ahí que todos los socios se estén decantado por la nueva”.

La variedades Ituci y Blanco Lechoso son las que comercializan en Campo de Tejada a través de la IGP.

En este sentido, el gerente de Campo de Tejada adelanta a agrodiariohuelva.es que la cooperativa va a registrar dos nuevas variedades de garbanzos, aunque hasta el momento sólo una de ella tiene nombre: Tharsis.

Sobre Tharsis, Morales destaca que “es tan resistente como la Ituci, que es muy blanca y que tiene un gran calibre. Este año la hemos presentado al Registro y el próximo año ya se podrá utilizar, aunque en poca cantidad porque no se ha podido multiplicar semillas para todos los socios”.

La cooperativa también cuenta con otra variedad registrada, como es Itálica, pero la tienen en la actualidad licenciada a otros productores ajenos a la sociedad que están comercializando.

Bajo precios

Este repunte que se estaba registrado tanto en el consumo del garbanzo en los mercados como en la superficie cultivada -en Andalucía se ha pasado de las cerca de 23.000 hectáreas en 2017 hasta las 36.000 de este año- se ha visto contrarrestado por “la nefasta política de precios” que se ha registrado durante la cosecha de 2018. “El año pasado se pagaba en cosechadora, sin limpiar y sin seleccionar, sobre 1,30 euros al agricultor, mientras que el precio de esta campaña ha oscilado entre 0,80 y 0,90 céntimos. Una bajada bestial”, como así reconoce el gerente de Campo de Tejada.

Este desplome de los precios, motivado por las importaciones del garbanzo mexicano que están entrando a un precio muy bajo y por el aumento de la superficie a nivel nacional, “nos va perjudicar a todos porque al venderse el producto más barato en los lineales la rentabilidad será menor para el agricultor”, añade Antonio Tomás.

Asimismo, hay que señalar que la cooperativa Campo de Tejada aprovechará prácticamente todo el volumen de los garbanzos que ha sido recolectado. No obstante,  de los 1.100.000 kilos, sólo unos 300.000 kilos cumplirán con las exigencias de calidad para ser comercializado en los mercados con el distintivo de la IGP ‘Garbanzos de Escacena’. Son los llamados ‘doble cero’.

Otros 300.000 kilos se destinarán a semillas para la campaña de 2019, mientras que el resto, los que tienen un calibre inferior a 9,5 milímetros, los que no dan la cochura adecuada, los partidos y las impurezas se venden a otras empresas envasadoras.

Por último, comentar que la cooperativa, que cuenta con unos 2.400 socios, entre agricultores y colaborares, gestiona unas 15.000 hectáreas de distintos cultivos de secano. La mayor superficie está dedicada al cereal (trigo duro, blanco, triticale y savena), con cerca de 7.000; le sigue el girasol, entre 4.500 y 5.000 hectáreas; las leguminosas como los garbanzos, guisantes y habas, que ocupan unas 800 hectáreas, y otra parte, unas 1.200 hectáreas, que están ocupados por olivos.