Descubren cómo los tomates adquieren su color rojo

Fecha: 04-May-2017

Investigadores españoles han descubierto que los tomates reciclan mecanismos moleculares de respuesta a la luz para regular la maduración del fruto y con ello adquieren su color rojo.

Los carotenoides son un grupo de pigmentos esenciales para la vida de las plantas, ya que son las protegen del exceso de sol y son precursores de la síntesis de hormonas, según precisó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.

También tienen su papel en la maduración de frutos: el fruto pasa de tener color verde cuando está inmaduro a adquirir un color naranja o rojo cuando está maduro, gracias a que acumula carotenoides como el beta-caroteno (precursor de la vitamina A) y el licopeno (un potente anticancerígeno).

Estudios anteriores con la planta Arabidopsis habían demostrado que la síntesis de carotenoides está regulada por los fitocromos, receptores de luz en las hojas que permiten a las plantas detectar el tipo de luz recibida y, por tanto, tener información del entorno.

El fitocromo detecta en qué zona del espectro está la luz recibida: puede diferenciar si se trata de rojo (que indica que está recibiendo luz directa del sol) o rojo lejano (que indica que está en semisombra, rodeado de otras plantas, cuya clorofila absorbe la radiación del rojo).

Con estas señales, la planta puede “ver” su entorno, adaptar su desarrollo a la luz recibida y crecer “huyendo” de la sombra.

Hasta ahora se desconocía si estos mecanismos actuaban también en los frutos, según publica en la revista “The Plant Journal” el equipo dirigido por Manuel-Rodríguez Concepción, investigador del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica de Barcelona (noreste), con la colaboración del Instituto Catalán de Ciencias Fotónicas.Investigadores españoles han descubierto que los tomates reciclan mecanismos moleculares de respuesta a la luz para regular la maduración del fruto y con ello adquieren su color rojo.

Los carotenoides son un grupo de pigmentos esenciales para la vida de las plantas, ya que son las protegen del exceso de sol y son precursores de la síntesis de hormonas, según precisó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.

También tienen su papel en la maduración de frutos: el fruto pasa de tener color verde cuando está inmaduro a adquirir un color naranja o rojo cuando está maduro, gracias a que acumula carotenoides como el beta-caroteno (precursor de la vitamina A) y el licopeno (un potente anticancerígeno).

Estudios anteriores con la planta Arabidopsis habían demostrado que la síntesis de carotenoides está regulada por los fitocromos, receptores de luz en las hojas que permiten a las plantas detectar el tipo de luz recibida y, por tanto, tener información del entorno.

El fitocromo detecta en qué zona del espectro está la luz recibida: puede diferenciar si se trata de rojo (que indica que está recibiendo luz directa del sol) o rojo lejano (que indica que está en semisombra, rodeado de otras plantas, cuya clorofila absorbe la radiación del rojo).

Con estas señales, la planta puede “ver” su entorno, adaptar su desarrollo a la luz recibida y crecer “huyendo” de la sombra.

Hasta ahora se desconocía si estos mecanismos actuaban también en los frutos, según publica en la revista “The Plant Journal” el equipo dirigido por Manuel-Rodríguez Concepción, investigador del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica de Barcelona (noreste), con la colaboración del Instituto Catalán de Ciencias Fotónicas.