El cierre del sector hostelero ha afectado considerablemente a ciertos productos de alta gama, como la carne de pato, pichón, perdiz, conejo, pintada y ganso. Por otra parte, aunque los consumidores siguen comprando carne de pollo y de pavo a través del canal minorista, estos sectores también se han visto afectados. Además, la carne de ave vendida en el mercado minorista no compensa la pérdida registrada en el canal Horeca.

La misma situación se observa en el sector de los huevos, ya que la mayoría se destinan a servicios de hostelería y restauración. Al mismo tiempo, se registra un aumento de la demanda de huevos con cáscara vendidos al por menor, lo que está provocando cierta escasez. Este sector también ha declarado tener problemas con el transporte para incubar y con los pollitos de un día, ya que muchos de estos se trasladan en aviones de pasajeros y muchos Estados han reducido su número de vuelos. Los productores también han señalado la escasez de algunos tipos de pienso, como la soja ecológica.

La carne se acumula esperando el desconfinamiento

Simultáneamente, la UE sigue importando cantidades ingentes de carne de ave congelada procedente de terceros países, que normalmente va principalmente destinada al sector de la hostelería. Por tanto, la carne de ave se está acumulando y los congeladores de toda la UE ya están saturados a la espera de que se levanten las medidas de confinamiento.

Dado que la gestión de los aranceles desempeña un papel clave entre las medidas de gestión del mercado, Copa y Cogeca piden a la Comisión Europea que gestione las importaciones conforme vaya evolucionando el mercado consumidor, de forma que se evite una crisis de exceso de oferta. Agricultores y cooperativas agrarias solicitan también que se establezcan medidas específicas financiadas por fondos ajenos a la PAC.