12/12/2014 La ratificación ha sido ampliamente respaldada gracias a la labor de los eurodiputados españoles y, especialmente, de la ponente del informe de la Comisión de Pesca del PE sobre el acuerdo la española Carmen Fraga.

El Secretario General de Cepesca, Javier Garat, que ha seguido desde Estrasburgo la sesión plenaria, destaca que el nuevo acuerdo pesquero firmado por la Comisión Europea con Marruecos el pasado mes de julio favorece a los sectores pesqueros comunitario y marroquí.

Insiste en que está en línea con la dimensión externa de la PPC, con el mandato de negociación adoptado por el Consejo y ha tenido en cuenta todas las consideraciones subrayadas por el PE en su Resolución de 14 de diciembre de 2011, puesto que mejora el ratio coste beneficio, la sostenibilidad está garantizada, se promueve la participación de las partes interesadas, se mejora el control del apoyo sectorial, se garantiza el respeto a los Derechos Humanos y el protocolo respeta el Derecho Internacional.

La vuelta al caladero marroquí prevé licencias para 126 barcos de once estados comunitarios con más de 1.500 tripulantes, 800 de ellos españoles y 500 marroquíes, tiene una vigencia de 4 años y establece una contraprestación financiera de unos 40 millones de euros anuales, de los cuales el sector europeo pagará unos 10 M€ y la UE unos 30 M€.

El Parlamento Europeo también ha apostado esta mañana por una gestión racional y sostenible de las especies de aguas profundas y la protección de los ecosistemas marinos vulnerables sin prohibir ningún arte de pesca al rechazar la enmienda que pretendía prohibir el arrastre y el enmalle de fondo a partir de los 600 metros de profundidad en aguas de NEAFC del Atlántico Noroeste.

La aprobación del compromiso alcanzado en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo para regular la pesca de especies de aguas profundas es un buen punto de partida para lograr una gestión más sostenible de estas especies y una mejor protección de los ecosistemas marinos vulnerables.

Cepesca siempre ha defendido la necesidad de preservar todas aquellas especies y ecosistemas marinos vulnerables “pero no criminalizando artes o prohibiendo el arrastre, sino analizando los fondos, determinando aquellos que son vulnerables y dejando los de arena y fango donde ya está la huella de arrastre para que puedan seguir faenando los barcos”, señala Garat.