El ajo negro envejecido tiene efectos cardioprotectores

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han liderado una investigación sobre las propiedades cardioprotectoras del ajo negro envejecido. Los resultados, publicados en la revista Journal of Functional Foods, demuestran que este nuevo alimento funcional puede atenuar la disminución de la contractilidad cardíaca tras un infarto de miocardio en ratas.

Fecha: 20-Apr-2017

Fuente: Madrid+D

Un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con la empresa Pharmactive Biotech S.L., ha llevado a cabo un estudio para determinar los efectos cardiovasculares del de ajo negro envejecido.

Este es un tipo de ajo muy utilizado como condimento en la cocina asiática, cuyo uso se ha extendido en los últimos años por América del Norte y Europa. Se obtiene a partir del ajo común mediante un proceso de envejecimiento acelerado controlando parámetros de temperatura y humedad.

A diferencia del ajo convencional, el producto resultante contiene un mayor contenido en polifenoles, ácidos grasos poliinsaturados como el ácido linolénico, y compuestos azufrados, especialmente S-alil-cisteína SAC, lo que le confiere una mayor capacidad antioxidante.

El trabajo consistió en valorar los efectos in vitro de un extracto de ajo negro sobre la función cardíaca en ratas tras un infarto de miocardio. Los experimentos se llevaron a cabo mediante la técnica del corazón perfundido (Langendorff), que permite valorar la función cardíaca ex vivo y administrar tratamientos directamente en el corazón.
Los resultadosmostraron que el extracto de ajo negro tiene un potente efecto vasodilatador de las arterias coronarias, y que la administración de este extracto antes y después de un proceso isquémico (infarto) previene la disminución de la contractilidad cardíaca inducida por éste.

"El efecto sobre la contractilidad cardíaca resultó ser dosis dependiente produciéndose exclusivamente al administrar una dosis de 50 mg/L de extracto, y no con una dosis mayor de 500mg/L.", aclara Miriam Granado, del departamento de Fisiología de la UAM y directora de la investigación.