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Marta García

06/10/13

El campesinado ecológico, una alternativa al desempleo

Quince personas que se encontraban en el desempleo se han unido para cultivar un campo e intentar vivir de sus frutos. Son la Asociación de Payeses Agroecológicos del Garraf, que se ha creado a partir de un curso de campesinado para parados que les ha servido para reinventarse y encontrar en el sector primario una pasión y un negocio. En su primer ejercicio han cultivado productos de temporada de una manera ecológica en unos terrenos cedidos entre Vilanova i la Geltrú y Cubelles. Sus frutos los distribuyen entre ellos, a través de un grupo de consumo y en algunos restaurantes que apuestan por los productos de kilómetro cero. Algunos compaginan al campesinado con otros trabajos, pero cuando llegan al campo sienten mucha felicidad.

Vinyet Marcet, Cati Flores y Rocío Macías son tres ejemplos de este grupo de personas que no tenían trabajo y que ahora disfruta conociendo los secretos del campo. Disponen de unas dos hectáreas de terreno en una zona que delimita Vilanova i la Geltrú con Cubelles. "El campesino que tenía este espacio sufría porque quería ver estos campos pero no tenía relevo generacional", explica Vinyet Marcet. Al conocer que un grupo de parados hacía un curso de campesinado les cedió los terrenos.

Rocío comenta que "cuando me acerco al campo y huelo la naturaleza ya soy feliz". Es contundente en su afirmación. Recuerda que "cuándo vivía en Castelldefels había tenido un huerto pequeño". Ella trabajaba en la compañía Spanair, hasta que ésta hizo quiebra. Desde entonces ha hecho algunos trabajos, pero ahora ha encontrado su felicidad en esta finca. En un caso similar se encontraba Vinyet, que después de 3 años sin trabajo "quería hacer alguna cosa que me aportara algo nuevo". Ella es interiorista y se resignaba a hacer "lo mismo de siempre". Ahora considera que su apuesta fue acertada.

Productos de temporada

Marcet detalla que, en este campo, las quince personas plantan "productos de temporada". Por ejemplo, "ahora que se acaban los tomates de verano, queremos probar otros diferentes". Rocío añade que el hecho de que las quince personas sean de perfiles heterogéneos provoca que "cada uno lleva en su mochila conocimientos diferentes y todos juntos hemos llegado a hacer eso".

Una vez han cogido la primera cosecha de tomates, calabacines, pimientos, pepinos o berenjenas, que se han cultivado siguiendo métodos totalmente ecológicos, éstos se distribuyen entre diversos particulares de Sitges. "En Sitges hay un gran interés por los productos ecológicos. Ya hemos montado un grupo de consumo que creemos que poco a poco se puede ir haciendo mayor, o bien hacer más de uno", comenta Marcet.

El invierno y la primavera han sido generosos con estos campos y las plantas y los árboles casi no han sufrido ningún problema que les hiciera descender mucho la producción. Todo lo contrario, ya que la tierra ha dado tanta cantidad que en algunos casos se han puesto en contacto con Càritas para regalar calabacines u otros frutos de temporada de los cuales han tenido excedentes.

También se los compran sus productos dos restaurantes que apuestan por los productos de proximidad, o de kilómetro cero, y en una tienda del Mercado de Mar de Vilanova i la Geltrú.