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Miguel HGL

20/03/13

El uso eficiente de las nuevas tecnologías en agricultura reduce el consumo del agua

El consumo de agua en la producción ganadera y agrícola se ha visto reducido durante los últimos años gracias al uso eficiente de las nuevas tecnologías tanto en las explotaciones pecuarias como en el riego de cultivos.

Así lo indica el Estudio ‘Indicadores de Sostenibilidad de la Agricultura y Ganadería Españolas’, impulsado por la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible y elaborado por el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medio Ambiente (CEIGRAM), de la Universidad Politécnica de Madrid.

Con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebrará el próximo 22 de marzo, la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible hace un llamamiento a defender un modelo de agricultura sostenible intensiva y productiva basada en la innovación y el uso de las nuevas tecnologías con el fin de hacer una utilización más eficiente de los recursos hídricos con los que cuenta nuestro país.

Según los últimos datos presentados por la Asociación de Empresas de Tecnología Española de Agua (AFRE), a pesar de que España es referente en gestión eficiente del agua a nivel mundial, a la vez es uno de los países que se sitúa entre los que más consumen recursos hídricos por persona y año.

El uso sostenible del agua implica producir más productos agrícolas y ganaderos con menos recursos. Sin duda, la intensificación de estas actividades es la única vía para conseguir un incremento de la eficacia productiva y, sobre todo, mejorar la competitividad del sector.

Técnicas cada vez más precisas

Tal y como reflejan los datos del estudio antes indicado, en los últimos 30 años, pero sobre todo en la última década se ha visto que se obtiene mayor cantidad de producto por metro cúbico de agua empleado, sobre todo en cultivos como maíz, remolacha, tomate, cítricos o melón.

Aunque en términos económicos todos los cultivos han mejorado la productividad de su agua de riego en estos diez años, también es verdad que en los últimos años la tendencia es que estas mejoras en el riego no incrementan la productividad, sino que se produce un ligero estancamiento en algunos cultivos, como el girasol, o el olivo de transformación. Por este motivo, y con el fin de revertir la tendencia, los esfuerzos de investigación se están centrando en desarrollar técnicas y aplicaciones de agua más precisas.

En ganadería este decrecimiento en el agua utilizada se ha podido ver claramente en la producción de carne de diversos animales. Por poner un ejemplo, mientras que el consumo de agua en la producción de cerdo se ha visto reducido en más de un 21% desde 1990. En lo que respecta al pollo, el descenso ha sido del 16,15%, y en el huevo, del 3,5%.

En coyunturas económicas como la actual, la mejora de la eficiencia de las producciones implica también una gran ventaja del agricultor y el ganadero, puesto que de esta forma, ve reducido el coste de sus productos, incrementándose en la medida de lo posible el margen de beneficio.