En la UCO consiguen parar al fusarium con feromonas sintetizadas artificialmente

Se trata de la especie Fusarium oxysporum , un hongo de suelo que ataca a los cultivos de hortalizas, especialmente cucurbitáceas y solanáceas, provocándoles la marchitez vascular. Investigadores de la UCO han conseguido “engañar” genéticamente al hongo con una feromona artificial, haciéndole creer que hay superpoblación por lo que deja de reproducirse.

Fecha: 26-Sep-2019

Tags: uco , fusarium

Fuente: Horto info

Un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) ha conseguido abrir una nueva vía de ataque para presentar batalla contra Fusarium oxysporum , el hongo responsable de pérdidas millonarias en la agricultura, según ha podido saber Hortoinfo a través de la Fundación Descubre.

El trabajo, firmado por Stefania Vitale, Antonio Di Pietro y David Turrà, se ha publicado en la revista científica Nature.

Existen muchas especies de hongos del género Fusarium pero oxysporum es, junto a solani, la especie que más problemas genera en los cultivos hortícolas, sobre todo en cucurbitáceas y solanáceas.

El hongo

Fusarium oxysporum provoca la enfermedad conocida como “marchitez vascular” con el amarilleamiento de las hojas como primer síntoma. Cortando el tallo longitudinalmente se pueden ver manchas de color marrón oscuro, afectando al desarrollo de la planta y de los frutos.

Este hongo vive en el suelo donde puede estar hasta tres años, cobijándose en los restos del cultivo o en plantas que hayan enfermado, sobre todo en temperaturas próximas a los 28 grados.

La investigación

El estudio describe por primera vez uno de los mecanismos que el hongo utiliza para propagarse y ha identificado una molécula que el patógeno emplea para reproducirse.

Se trata de la feromona autocrina, una sustancia producida por una gran variedad de organismos para enviar señales químicas entre seres de distinto sexo con fines reproductivos. Este patógeno, sin embargo, a tenor de los resultados obtenidos, la utiliza de un modo diferente.

Según revela la propia investigación, el hongo emplea esta feromona para percibirse a sí mismo, es decir, para captar información sobre la cantidad de población de su misma especie que hay alrededor. Si el patógeno detecta poca población, produce filamentos para colonizar el suelo. Si, por el contrario, percibe que ya hay demasiada población en sus cercanías y que el espacio está lo suficientemente ocupado, las esporas no germinan y el hongo deja de multiplicarse en el terreno.

“En nuestras investigaciones hemos comprobado que, cuanta más densidad de población hay, más feromonas acumula el hongo y es en este caso cuando las esporas dejan de reproducirse en el suelo”, señala el catedrático de Genética de la Universidad de Córdoba Antonio Di Pietro.

Este mecanismo de colonización, descrito por primera vez en el artículo, ha dado la pista al equipo de investigación para cortocircuitar el crecimiento del patógeno. En uno de los experimentos del estudio, tras suministrarle al hongo la feromona sintetizada artificialmente, se comprobó que el patógeno interrumpía su reproducción. “De esta forma, el hongo se comporta como si hubiera mucha densidad de población, aunque en realidad no la hay”, subraya Di Pietro. En otras palabras, al insertarle la feromona de forma artificial, el hongo recibe el falso mensaje de que hay ‘overbooking’ a su alrededor y frena su crecimiento.

El estudio, por lo tanto, abre la puerta a que en el futuro pueda manipularse el desarrollo del patógeno, y los autores no descartan que este sistema de propagación descrito en la publicación pueda ser extensible a un grupo de hongos mucho mayor integrado por más de 60.00 especies: los ascomicetos.

No obstante, según señala Di Pietro, aún quedan por delante varios desafíos para que este virulento patógeno, que según la FAO podría dañar 36 millones de toneladas tan solo de banano en los próximos 20 años, pueda controlarse. Entre ellos, lograr una producción barata e industrial de la feromona que interrumpe el crecimiento del hongo y producir una molécula estable que no se degrade al ser aplicada sobre el organismo.