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María Martín

09/10/14

Huertas 'low cost' en balcones

Vitoria, la Green Capital europea en 2012, mantiene su apuesta por el medioambiente y los proyectos institucionales y privados desarrollan la imagen de marca vinculada a la naturaleza. La celebración del congreso de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica celebrado en la capital alavesa. Un encuentro desarrollado en el museo de arte contemporáneo Artium que sirvió de escaparate para que la Escuela de Arkaute enseñara a hacer realidad minihuertas urbanas a precio low cost.

Oscar Burguera, profesor de implantación de jardines y de infraestructuras e instalaciones agrarias, junto a un grupo de alumnos convirtieron los alrededores del Artium en una floreciente huerta urbana en una imagen que ya comienza a ser habitual en las azoteas de grandes ciudades del mundo como Nueva York, París, Madrid o Barcelona. El cultivo de verduras de temporada en pequeños recintos urbanos bien para abastecer restaurantes o comunidades de propietarios o bien para el autoconsumo. Una moda que en Euskadi pega con fuerza y que se expresa en el crecimiento de la producción ecológica en amplias producciones, la puesta en marcha de grupos de consumidores que facilitan su comercialización y el desarrollo de iniciativas públicas para recuperar variedades autóctonas de verduras que recuperen su lugar en la mesa frente a las verduras desarrolladas por la tecnología que distribuyen los grandes supermercados.

"Disfrutar de tus propias verduras es fácil y barato. Lo más simple pasa por contar con un pequeño balcón y una pared de apenas 50 ó 60 centímetros de ancho en la que colocar varias botellas de plástico semiabiertas en las que con un puñado de tierra y humus podremos cultivar nuestras lechugas, escarolas, perejil, fresas o plantas aromáticas", señala Burguera.

Apenas 20 euros como presupuesto inicial en una primera experiencia hortícola. Y es que el fomento de la agricultura está en los orígenes de la Granja Modelo, una institución de enorme importancia en la historia de Álava y que, en la actualidad, forma parte del Campus Agroalimentario de Arkaute junto a varias sociedades públicas ligadas al sector primario. Una instalación modélica creada en 1855 por las Juntas Generales de Álava para propiciar el desarrollo de la agricultura en el Territorio Histórico y que desde su puesta en marcha apostó por la innovación con el fichaje del agrónomo francés Bautista Trouchou que se hizo acompañar por un herrero de París para introducir en Euskadi aperos de labranza que constituían la tecnología punta de la primera mitad del siglo XIX.

Hoy, 160 años después, Arkaute mantiene como actividad principal la formación de jóvenes que desean ser agricultores y jardineros con cursos que, bien de forma autónoma o en colaboración con Lanbide y el Ayuntamiento de Vitoria, promocionan la agricultura ecológica.

"La idea de dar a conocer las enormes posibilidades de las huertas urbanas ecológicas surgió mientras formábamos a quienes en los próximos meses comenzarán a producir en los 12 huertos que el Ayuntamiento de Vitoria ha habilitado en una finca de 30 hectáreas junto al río Zadorra", explica Burguera que comenzó en 1997 a dar las primeras charlas sobre la producción sostenible -"venían uno o dos a cada conferencia"- y que 27 años después es testigo privilegiado de una ola en la que tanto Euskadi como Cataluña lideran en el conjunto de España.

Una apuesta que ya se ha convertido en una salida profesional para algunos de los jóvenes y no tan jóvenes que se han acercado por Arkaute para contar con una formación que se adecúa al perfil del interesado y a sus necesidades. "Hay quien viene de una familia que conoce la huerta y ahora les ha picado la curiosidad, jóvenes aburridos por falta de perspectivas y desempleados a los que les han cerrado la fábrica y hacen una apuesta por ser productores en pequeñas explotaciones. Es un nicho de autoempleo, al menos para algunos", reconocer Burguera que recalca que la "agricultura es economía" consciente de que para asegurar el éxito de una explotación hay que aportar mucho más que buena voluntad.

Pero en Arkaute están convencidos de que las verduras cultivadas sin fitosanitarios ni componentes químicos son también competitivas en precio. "Su coste no debe superar el 10% del producto normal y, en algunos casos, puede ser más barato", defiende el profesor de Arkaute, atento a la evolución de unos tomates que a principios de octubre muestran un verde radiante.

Protegidos por un invernadero completamente automatizado muestran que casi todo es posible en Arkaute.