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I. García Tejerina «Estoy muy orgullosa del campo, de los agricultores y los ganaderos»

Pablo Lago.– Tras la aprobación de los Reales Decretos de la PAC, la figura de ‘agricultor activo’ perderá su valor ya que habrá agricultores y ganaderos que cobren sin cultivar, solo tendrán que tener sus tierras «en buenas condiciones». ¿Qué va a hacer el Ministerio para que la imposición de Bruselas no suponga un coladero?

Isabel García Tejerina.– Este Gobierno ha dado un paso importantísimo para que las ayudas se centren exclusivamente en las explotaciones que tienen actividad agraria. Primero, a través de la definición de ‘agricultor activo’, que sigue estando vigente. Hemos apurado todos los mecanismos que nos permitían los reglamentos comunitarios para que las ayudas se centren en las explotaciones con actividad. Y digo que hemos apurado todos los mecanismos, porque había flexibilidad y los reglamentos podíamos no haberlos utilizado, también es verdad que los reglamentos comunitarios son de aplicación directa, y no podemos ir más allá porque cualquiera se podría acoger a lo que dice el reglamento y es la Unión Europea quien otorga las ayudas y quien pone las condiciones. A pesar de ello, hemos hecho una definición de ‘agricultor activo’ que implica que tienes que tener al menos un 20% de ingresos. Es decir, estar necesariamente teniendo una actividad agraria que tienes que demostrar vía ingresos. Como la UE te permite para poder acceder a ayudas PAC que tengas tu explotación agraria en buenas condiciones, no podemos poner para todo el mundo la condición de que tenga ingresos y, por eso, hemos trabajado en todos los resortes que hay en los reglamentos comunitarios para este fin último. Hemos también trabajado en lo que es la actividad mínima, la actividad anual que las explotaciones tienen que hacer para cobrar ayudas. No valdrán explotaciones abandonadas. En los pastos, actualmente hay cientos de miles de hectáreas que cobran ayudas y que no tienen ganadería, ahora se va a obligar que en la declaración de los pastos para cobrar tengas que estar dado de alta en el registro de explotaciones ganaderas. Toda esta gente que tenía pastos, pero no ganadería, se va a quedar fuera del sistema. Por eso, me preocupa cuando hay gente que ha centrado todos su discurso sobre la PAC en lanzar un tipo de mensajes que, primero, no son ciertos, y que no benefician a los agricultores. Este Gobierno lleva tres años lanzando mensajes a la sociedad diciendo lo importante que es la agricultura en España y el buen trabajo que hacen agricultores y ganaderos y estos mensajes que, como digo, no se ajustan a la realidad, pues deterioran y distorsionan la imagen de lo que es la agricultura española. Y, además, no se ajustan a la realidad. Estoy segura que las comunidades autónomas harán los controles para verificar que todos tienen sus explotaciones en un buen estado de mantenimiento, y eso implica que tú estás entrando en tu finca, es decir que hay actividad. El ‘greening’ también obliga, a través de las rotaciones, a tener explotaciones agrarias activas. Con todos estos mecanismos, yo puedo asegurar que es muy difícil que una explotación que no tenga actividad reciba ayudas de la PAC. Y esto es una novedad de este Gobierno, que va en favor de agricultores y ganaderos.

P. L.– ¿Con esta nueva PAC, la agricultura española superará el hándicap que ha tenido respecto a otros europeas, que sí han aprovechado estas ayudas para modernizarse, y está a tiempo de ser puntura como la francesa que sí las ha aprovechado?

I. G. T.– Yo creo que España ha hecho un buen uso de las ayudas y que nuestra agricultura se ha modernizado enormemente. Y podemos repasar sector por sector. Puedo hablar de la remolacha. Por ejemplo, los remolacheros de Castilla y León son punteros en tecnología y rendimiento a nivel europeo. Hablamos de regadío, España desde el plan nacional de regadíos horizonte 2008 hasta la fecha, ha invertido más de 3.000 millones de euros en modernización de regadíos, con importantes ahorros de agua. Se ha invertido mucho en maquinaria. Es más, me atrevería a decir que ahí hemos pecado más por exceso que por defecto. España tiene una ganadería tremendamente competitiva. El porcino español es el cuarto a nivel mundial, sólo superado por Estados Unidos, China y Alemania. Somos tremendamente competitivos. Un sector que exporta 40.000 millones de euros, el 25% más de lo que produces es un sector que gana en competitividad. Siempre quedan cosas por hacer, lo que quiere decir que tenemos márgenes de mejora, pero la agricultura española ha avanzado mucho en modernización.

P. L.– Se le nota muy orgullosa en la defensa del campo, lo que contrasta con lo que transmiten las Opas y algunos agricultores, que dan la sensación de que somos la cenicienta europea.

I. G. T.– Yo estoy muy orgullosa del campo. Tremendamente orgullosa de los agricultores y ganaderos, de la industria española. Me parece que tenemos un gran sector donde se suman condiciones climatológicas duras que, a veces, nos hacen tener productos de más calidad, como las frutas. Los cítricos se consumen en fresco y son los mejores en fresco. Tenemos muy buena materia prima, que son los agricultores y ganaderos que son los que se ocupan de ello, una gran industria de transformación y, al final, un sector agroalimentario que hace de España el octavo país exportador en agroalimentación. Gustan nuestros alimentos, porque producimos con calidad y competitivo. Cuando hablo en positivo del sector, lo que busco es el reconocimiento de la sociedad a ese buen trabajo. Me gustaría que las organizaciones agrarias se sumaran a ese mensaje positivo, que no es incompatible con que nos pidan lo que nos tengan que pedir, porque para eso estamos, para oír hablar de sus necesidades y responder a ellas para hacer crecer al sector. Es a lo que he venido al Ministerio, a hacer crecer al sector. Pero, creo que eso pasa en alguna medida porque todos seamos más objetivos y demos una visión más real de nuestra agricultura, que es mucho más objetiva de lo que se presenta. La sociedad española tiene que descubrir la agricultura que, en muchos sectores, es tremendamente puntera.

Marisol Calleja.– Quisiera regresar al tema de la PAC. ¿Cómo interpreta la exigencia de la Unión Europea sobre la figura del ‘agricultor activo’, a apenas un mes de la aprobación de los reales decretos de la PAC?. Da la impresión de que Bruselas está más alejada de profesionalizar al campo.

I. G. T.– Lo primero que yo hice como secretaria general es realizar un impacto de la reforma de la PAC, que estaba sin hacer. En febrero de 2012, lo primero que hice fue encerrarme dos días con los directores y subdirectores del Ministerio para hacer el impacto de lo que la Unión Europea nos había puesto encima de la mesa, sobre la agricultura española. Y salimos todos muy preocupados, porque el impacto era muy negativo. Entonces, sí que se hubieran dado ayudas a un montón de superficies sin vocación agraria. Con las comunidades autónomas y con el sector dijimos qué modelo era el que se ajusta a nuestras necesidades, y eso es lo que nos pusimos a defender en Europa. Llegamos a algo muy positivo para España, que esta nueva PAC nos permite muchas más flexibilidad. Es decir, volvimos a negociar y con el consenso de todas las comunidades autónomas y las organizaciones agrarias, definimos el modelo y se lo comunicamos a la Comisión Europea, que nos dijo lo que tenía cabida y lo que teníamos que adaptar. Hemos tenido que adaptar el mdelo de profesionalización, algunas ayudas asociadas y ligeramente la definición de ‘agricultor activo’. Yo creo que el haber centrado todo en esto no se corresponde en absoluto a la realidad. Es más, algunas organizaciones agrarias cuando un agricultor vaya a sus organizaciones, les tendrán que explicar que éso de que se cobran ayudas sin hacer nada no es cierto, o no les estarán diciendo la verdad. Si no hiciéramos ésto correríamos un riesgo de correcciones financieras en el futuro. Yo no voy a dejar esa herencia a quien venga en el futuro. Las correcciones financieras por una mala aplicación de la PAC no las sufre el ministro que toma una mala decisión, lo asume el que está por venir. Yo no voy a dejar esa herencia. Por eso lo digo y lo mantengo. Tenemos un enorme sector, las ayudas de la PAC las cobran aquellas explotaciones que están generando una actividad, y hemos hecho todo lo posible para que así sea. Esta es una enorme negociación de más de 40.000 millones.

M. C.- Precisamente, en las ayudas acopladas Castilla y León ha perdido frente a la presión de la cornisa cantábrica en el vacuno de leche, y no recibirá finalmente ayudas por animal, como decía el primer borrador, sino que el ganadero cobrará el 100% por los 75 primeros animales y a partir de ahí, se reduce al 50%. ¿Va el Ministerio a compensar a Castilla y León que, con explotaciones muy dimensionadas, vuelve a salir perjudicada con esta situación, también frente a esa cornisa cantábrica?

I. G. T.– Primero, Castilla y León ha ganado. Y lo voy a explicar. En Castilla y León hay un 17% de explotaciones que están en zonas de montaña, y yo no me olvido de proteger a estas explotaciones, porque se enfrentan a mayores dificultades que aquellas que necesitan una menor protección. Las ayudas asociadas están para evitar que desaparezcan, y el sector lácteo de zonas de montaña de Castilla y León tiene más dificultades, que los que no lo están. Todas, las de la cornisa cantábrica y todas.Lo que hemos hecho es no olvidarnos de las explotaciones de montaña de Castilla yLeón, y ganan porque antes las ayudas al sector lácteo se daban el 100% a las 40 primeras vacas, el 50% hasta cien y de ahí en adelante, nada. Ahora todas las vacas de todas las explotaciones van a cobrar una ayudas asociada, cosa que no sucedía antes. Además, se ha quitado un poquito en zonas de montaña, con lo que insisto Castilla y León gana. Pero no sólo en la ganadería, también en la remolacha, por ejemplo, va a aumentar las ayudas asociadas.

M. C.– Se dejó en el 12,08% el apoyo a los sectores con más dificultades y se dejó abierto a que pudiera llegar al 15% en 2016. ¿El Ministerio apuesta por llegar a ese 15% en 2016?

I. G. T.– Si es necesario, sí, sino, no. Hay que pensar que cuando das una ayuda asociada se la estás quitando al sobre nacional. Al quitar un 2% para los jóvenes estamos quitando a todo el mundo para apoyar más a los jóvenes, por ejemplo. Y lo mismo sucede con la ganadería o sectores concretos. Pero, eso sale de los sectores que no tienen ayuda asociada. Por eso, no hay que olvidarse que las ayudas asociadas no es un dinero a mayores que se da.

Felipe Ramos.– Otra de las piezas esenciales en toda esa política de ayudas es el Plan de Desarrollo Rural (PDR), en el que hay todavía pagos pendientes con Castilla y León y el grado de cumplimiento varía por comunidades autónomas. ¿Va a cumplir el Ministerio con lo que adeuda a Castilla y León por el PDR?

I. G. T.– El Ministerio ha cumplido todos los años. Nosotros cuando llegamos al Gobierno asumimos lo que Castilla yLeón había pactado con el Gobierno anterior en cantidades y formas de pago, todo. Las cantidades que se asumieron que eran distintas por comunidades autónomas, en una negociación oscura por parte del anterior gobierno en el reparto de los fondos de desarrollo rural, tanto de los fondos comunitarios como el de la administración general del Estado. Nosotros asumimos lo que nos encontramos para Castilla y León, que tenía un convenio firmado según el cual la inversión de la Seiasa para Castilla y León comoputaba como cantidades para el PDR. Hemos cumplido las anualidades en 2012, en 2013 y en 2014. Pero, en 2014 no solamente hemos cumplido la anualidad sino que, como hemos llegado mejor, hemos adelantado a Castilla y León 7,5 millones de 2015. No sólo no se le debe dinero a Castilla y León sino que vamos por delante de nuestras obligaciones. Ya no hay discrepancias y la Junta de Castilla yLeón sabe que el Gobierno se ha portado muy bien con Castilla y León. Lo sabe. Hemos sido muy generosos y cumplidores.

P. L.– Uno de los retos es la incorporación de los jóvenes al campo, ¿cómo se va a incentivar, cuáles son las fórmulas para rejuvenecer el campo?

I. G. T.– Es muy importante rejuvenecer el campo. Yo pido a los jóvenes que vengan con una mentalidad menos individualista y espero que esa savia nueva venga con una capacidad de reorganizarse. Los jóvenes son importantes para todo en todos los órdenes y son muy necesarios para el campo. En España, como en otros países de Europa y en Estados Unidos, falta relevo generacional. Nuestro objetivo es incorporar hasta 2020 15.000 jóvenes, que es un 50% más de los que se incorporaron hasta 2013. Para eso hay toda una batería de medidas muy importantes. Lo primero es que en el primer pilar de la PAC va a haber una ayuda adicional del 2%, lo que supone más de cien millones de euros. Además, los jóvenes tendrán derechos, sino los tenían, asignados prioritariamente de la reserva nacional y de forma gratuita, además tendrán una ayuda de hasta 70.000 euros para la incorporación. Tienen un acceso a la financiación más favorable. A esto se le añade, que van a tener una especial fiscalidad durante cinco años, con una desgravación por módulos del IRPF de una reducción del 25% o, que decía antes, a través de un instrumento financiero nacional de créditos que estamos negociando en el Ministerio con algunas comunidades, entre las que está Castilla y León. Pero lo más importante para mí, es que la actividad agraria sea atractiva para los jóvenes. Que tengan el horizonte de estabilidad que hasta el 2020 se les ha dado con esta nueva PAC de 47.000 millones de euros. El mejor incentivo es que se sientan orgullos de una actividad tan importante como la agricultura, que tengan un horizonte de estabilidad y que la actividad sea remuneradora. Queremos agricultores jóvenes que se quedan, no sólo que se inicien. Y, para eso, es importante que encuentren atractiva la vida en el campo.

F. R.– Habla ustes de recuperar el prestigido de la agricultura y de hacerla atractiva, pero ¿no cree que cuestiones como el veto ruso son la demostración palpable de lo frágil que es la situación de la agricultura europea, en general, y española, en particular?

I. G. T.– Nosotros tenemos un sector muy internacionalizado. Para este Gobierno siempre ha sido una política prioritaria. Tenemos que pensar en un mercado global, en un mercado mundial. Nuestra posibilidad de crecer es vía exportaciones, porque el mercado nacional da de sí lo que da de sí. Y como país exportador, estamos sometidos a que un tercer país adopte medidas.Por eso, y así lo introdujimos en nuestra estrategia de internacionalización,tenemos que diversificar. Tenemos que abrir nuevos mercados, para nuevos productos, con más valor añadido y mayor calidad. Tenemos que trabajar en esos cuatro aspectos, más mercados, más productos, más valor añadido y más calidad. La diversificación es importante para que, si te falla el mercado ruso, tengas otros mercados alternativos al cual dirigir tus productos. Nosotros, antes de producirse el veto ruso, ya teníamos constituidos grupos sectoriales de trabajo con el sector, con comercio y con todos los ministerios que tienen algo que decir en materia de exportación. Seguimos, por lo tanto, abriendo nuevos mercado. Rusia lo que vino es a darnos la razón de la política que habíamos emprendido de diversificación de mercados. Más mercados para nuestros productos, sabiendo que abrir nuevos mercados conlleva muchísimo tiempo.

M.C.– En cuanto al veto se ha hablado de revisar los reglamentos en cantidades y productos. ¿Cabe la posiblidad de que se incluya algún procucto más como, por ejemplo, la patata, que tanto afecta a esta tierra?

I. G. T.– Recientemente nos han incluido los cítricos. Lo que pasa es que la Unión Europea no deja de hacer una evaluación permanente de cada uno de los sectores, que es lo que nosotros le pedimos para ver cómo evolucionaban. Sobre la patata no hay una demanda europea de apertura porque, como sucede con el porcino, ya estaban cerrados y llevábamos más de un año sin exportar patata a Rusia. La mala campaña de este año tiene más que ver con el aumento de las producciones que con el veto ruso.

F. R.– ¿No sé qué va a hacer el Ministerio para cumplir con la directiva comunitaria del agua, donde Bruselas exige también clarificación y transparencia en las tarifas, y evitar así una sanción de la Unión Europea?

I. G. T.– De las cuestiones a las que este Gobierno ha dedicado más tiempo es en ponernos al día con los incumplimientos que arrastraba España en materia de la directiva marco de agua. Este Gobierno ha trabajado muchísimo, no sólo en lo de las tarifas. Cuando llegamos al Gobierno, la directiva marco del agua obligaba a tener aprobado en el año 2009 todos los planes hidrológicos de cuenca, todos. En 2011 no había ni uno solo. Todo por hacer. Pero no estaban siquiera ni en información pública, partíamos de cero. En junio de 2014, dos años y medio después, conseguimos aprobar todos los planes hidrológicos de cuenca que dependían del Estado. En dos años y medio, hemos hecho el trabajo de ocho. Pero, la directiva marco te obligaba a tenerlos aprobados en el 2009 y, de nuevo, en el 2015. Lo que significa que en 2015 hay que aprobar el segundo ciclo y, en eso estamos trabajando para ponernos al día. Segunda tarea importante, que tampoco se había cumplido, la depuración de aguas. También tenemos algunos procedimientos abiertos porque vamos retrasados en calidad de aguas. Hemos hecho una auditoría de todas las comunidades autónomas y de todas las necesidades de depuración, y el próximo año vamos a invertir unos 300 millones en depuración. Por eso, me sorprende cuando a la gente del Gobierno anterior se les llena la boca al hablar de medio ambiente, porque el agua estaba completamente abandonado. Y si no cuidas del agua no estás cuidando del medio ambiente. Está muy bien hacer grandes eslóganes y discursos, pero el principal recurso natural, el que más tenemos que cuidar en nuestro país por escaso y mal repartido, estaba absolutamente abandonado.

P. L.– Hace no muchas fechas su compañero de gabinete, el ministro Soria, era claro y nítido en apostar por los sondeos para buscar petróleo cerca de las costas, con la polémica que hay entre proteger esa gran industria que es el turismo con la posibilidad de conseguir recursos energéticos, además de los beneficios de grandes empresas. Y lo hacía, en base a una serie de cifras de lo que cuesta exportar esos recursos. Un discurso que puede valer para el fracking, que parece ser un caramelo goloso para esta industria en Castilla y León, ¿cuál es la postura del Ministerio?

I. G. T.– Nosotros como Gobierno, realmente, lo que hacemos es garantizar a los ciudadanos que todas las actividades económicas se hacen con todas las garantías medioambientales. Este Gobierno, en la Ley de Evaluación Ambiental, hizo algo muy importante y es que la prospección y en su caso la extracción a través del frácking están obligadas a pasar una declaración de impacto ambiental positiva y vinculante. Cosa que no sucedía antes. Si esa protección ambiental está garantizada, y yo creo que todos los países tienen derecho a conocer cuáles son sus recursos naturales, y se puede explotar con todas las garantías, pues hacerlo. No vamos a consumir más ni menos hidrocarburos. Y, evidentemente, donde haya recursos energéticos naturales que éstos reviertan positivamente para las zonas donde se extraen y explotan.

M. C.– Otro de los temas que preocupa, y mucho, a Castilla y León es el del lobo. ¿No cree que falta una política clara en esta materia?

I. G. T.– Bueno, lo que nosotros hemos pedidos es adaptar la protección del lobo a la situación actual. El lobo siempre será una especia protegida, al norte y al sur del Duero. Y prueba de ello es que estamos terminando el censo nacional y lo que estamos contrastando es que cada vez hay más y se ha expandido el lobo. Lo que pediremos a la Unión Europea, una vez que tengamos estos datos, es que el régimen de protección del lobo sea igual al norte que al sur del Duero. En ambos sitios es una especie protegida, pero habida cuenta de su expansión, pues que se pueda de manera controlada cazar al sur como se hace al norte, porque se ha probado que de esa manera siguen creciendo las poblaciones. Y, al mismo tiempo, hacemos compatible la existencia del lobo con otras actividades importantes, como es la ganadería. Buscamos compatibilizar la protección del lobo con las explotaciones ganaderas.

P.L.– La sensación que tiene uno con este tema del lobo y otros, como el urogallos, es si en Bruselas saben y conocen la realidad, más allá de la norma. Porque el lobo será lobo, pero no es tonto y va donde sabe que no lo cazan.

I. G. T.– Bueno, eso también es tarea de los estados miembros. De aportarles datos, pedirles que hagan visitas para contrastarlos. En el problema de lobo, yo voy a ir de la mano con el ministro francés y así hacemos mayor presión.Es importante ir a Bruselas con buena información y buenos datos. Lo que pedimos es que se dé el mismo tratamiento al norte que al sur, no que no se protega al lobo, sino hacerlo compatible con otras actividades. Lo que no podemos es acabar echando del territorio a las personas por no tener actividad posible.

F.R.– El ibérico es otro de los asuntos que preocupa a Castilla y León. ¿No sé en que momento procesal se encuentra el recurso y si el Ministerio está en condiciones de garantizar a los productores en que esta norma no vaya a acabar con parte del sector?

I. G. T.– Debo decir que en el caso de la norma del ibérico me he encontrado con más productores de Castilla y León que me han agradecido la norma que lo contrario. Es más transparente, da más información, es más fácil de leer y, además, con mayores garantías contrastadas. Hay que decir que en estos dos años el precio se ha duplicado para los ganaderos, luego algo se estarán haciendo bien las cosas. Y los sacrificios han aumentado en un 10%. Más información, más transparencia, más garantías, los consumidores estarán más contentos y el sector productor también. Con respecto al recurso de Castilla yLeón en estos momentos el juez nos solicitó y le dimos toda la información que nos requirió porque había cuatro recursos, de alguna asociación también. COAG, UPAy cooperativas de Castilla y León han presentado formalmente el recurso, pero la Junta aún no lo ha hecho. Estamos a la espera de que Castilla y León presente formalmente el recurso para conocer cuáles son los motivos, pero en estos momentos no lo ha hecho.

M. C.– Pese a que no ha habido consenso, ya ha entrado en vigor la Ley de Representatividad Agraria, ¿Cuándo se podrá celebrar la primera consulta electoral?

I. G. T.– El Ministerio trabaja en el reglamento de desarrollar la propia ley marca los tiempos, dice que son 18 meses como tarde desde la publicación del Real Decreto. Estamos trabajando en el Real Decreto en el que tienen que participar varios ministerios y trabajarlo mucho con las organizaciones agrarias. En el Ministerio en ningún momento nos hemos parado en todo el proceso, pero es verdad que lleva una enorme complejidad y quiero explicar la razón última de la ley. Somos un Gobierno que ha dado enorme importancia a la interlocución con las organizaciones agrarias y prueba de ello son las reuniones que mantenemos con ellas para tratar todo tipo de temas. Es importante que tu interlocutor también sepa a quién está representando, a cuántos agricultores se ven representados en cada una de las organizaciones agrarias porque es la manera de ponderar el valor que das a la interlocución. Tampoco era una ley sencilla de articular.

M. C.– ¿Podría haber elecciones antes de que finalice 2015?

I. G. T.– Podría, depende de lo que tardemos en negociar. Pero para materializar estas elecciones necesitamos el apoyo de otros ministerios, otras delegaciones del Gobierno. La materialización no es sencilla para dar facilidades a todos los agricultores y ganaderos para que decidan quién ponga voz a sus intereses.

F.R.– Insiste en la necesidad de agruparse. Una de las leyes estrella es la de integración asociativa. ¿Cómo va a influir en Castilla y León?

I. G. T.– Espero que Castilla y León participe. Que las organizaciones de productores, las cooperativas participen activamente de la ley porque está hecha para que las cooperativas y las organizaciones de productores sobre la base de sus intereses económicos, de sus estrategias de negocio se agrupen para ganar esa fortaleza que al final es un mayor beneficio para sus socios cooperativistas. Nosotros lo que buscamos con esa ley es que ganen una dimensión que les permita ser más competitivo, que el proceso de internacionalización les permita innovar y que les permita a ellos tener la fuerza que muchas veces nos piden que les demos nosotros, pero en su unión está su fuerza, en su capacidad de negociación. Digo con enorme satisfacción que ya tenemos presentada la primera solicitud para ser reconocida entidad asociativa prioritaria que será en el sector del ovino, cosa que celebro especialmente porque es un sector que lo ha pasado mal durante mucho tiempo, pero que está haciendo cosas para organizarse. Una solicitud de una asociación que agrupará al 15 % de la producción española, será la mayor cooperativa, la principal agrupación europea y está participada por cooperativas de Extremadura, Andalucía, Aragón, de Castilla-La Mancha y Murcia. Espero que las cooperativas de Castilla y León no se queden fuera de este cambio tan importante para el sector, para que sea atractivo en el que invertir. Espero que aprovechen esta oportunidad, busquen sus alianzas estén donde estén.

M. C.– Se ha manifestado la dificultad de cumplir los criterios de entidad asociativa prioritaria, sobre todo por el número de socios y la facturación. ¿Va a ser muy difícil que Castilla y León tenga una figura con ese carácter?

I. G. T.– ·Está claro que la ley está hecha para forzar la integración y están acordados con cooperativas. A nivel individual, alguna quisiera que los límites fueran más fáciles de cumplir, pero el objetivo de la norma es la agrupación. Si ponemos las cosas para que se queden como están, no estamos consiguiendo nuestros objetivos. Los límites por sectores están acordados por cooperativas de España. No son iguales por sectores porque no todos parten del mismo nivel de integración y la primera resolución se dictará en enero. Espero tener la resolución que diga que contaremos en España con la cooperativa más importante a nivel europeo y me gustaría que se sumara Castilla yLeón.

P. L.– Suponiendo que sea una invitación eso las haría más competitivas. ¿No es absurdo hablar de comunidades cuando se está hablando de Europa?

I. G. T.– Absurdo. En la UE hay cooperativas internacionales de varios países y nosotros estamos limitando nuestra agrupación al límite territorial de la Comunidad Autónoma. Podemos acortar el horizonte o ampliarlo. Nuestro deseo es ampliarlo porque la decisión última tiene que ser estratégica, que defienda los intereses económicos de los socios cooperativistas. La integración es necesaria para ganar competitividad y porque el sector necesita fuerza propia que viene de la organización. Necesita capacidad de negociación, aunque los hemos protegido mucho con la ley de la cadena alimentaria frente a la distribución, que siempre se queja. La distribución no se organiza por límites administrativos de una comunidad autónoma. Se integran y seguirán integrando. No puedes tener una cooperativa que su límite sea una línea territorial cuando te enfrentas a multinacionales. Deben de primar los intereses económicos sobre la línea administrativa que defina la integración. Este primer ejemplo será una muestra importante de lo que se puede llegar a hacer.

F.R.– ¿Ve recelo en Castilla y León hacia está integración asociativa?

P.L.– Existen alianzas entre cooperativas de Castilla yLeón con navarras que no supone ningún problema.

I. G. T.– Lo que quisiera es que primaran los intereses estratégicos y económicos. Lo más importante es tener cooperativas competitivas. Esa es nuestra filosofía y quisiera que asumieran todas las cooperativas de España. De hecho, nuestro programa de desarrollo rural nacional, la parte más importante irá a apoyar integraciones. Si tiene que ser una de Castilla y León con una gallega no hay razón para que no sea así siempre que sea lo más interesante para los socios cooperativistas para mejorar el nivel de vida de los agricultores y ganaderos.

F.R.– Habla usted de renta. Una de las cuestiones que más preocupa al agricultor es el tarifazo al regadío. Primero porque va a suponer una disminución de renta y segundo porque puede echar para atrás a muchas comunidades de regantes. ¿Qué planes tiene el Minsterio para frenar ese tarifazo?

I. G. T.– Ya lo hemos parado y dado una solución. Teniendo en cuenta que cuando llegamos había más de 26.000 millones de euros de déficit de tarifa desde industria tuvieron que cambiar la tarificación eléctrica y esto tuvo un impacto en regadío en 50 millones de euros. Estuvimos mucho tiempo trabajando con Industria, buscando una tarificación especial para los regadíos pero no encontramos la fórmula que se adecuara al regadío y sólo al regadío, y al final lo hemos resuelto por la vía impositiva, reduciendo los impuestos. Se han reducido los impuestos para los regantes un 85% del impuesto especial de la electricidad, y se han reducido permanentemente los módulos para los regantes. Estas rebajas fiscales se estiman en 55 millones, un 10% de lo que supone la subida. Me alegro que el ajuste sea un poquito superior de lo que le significaba la tarifa. Llevamos tiempo trabajando con las comunidad de regantes incentivando las centrales de compra porque hay ahorros de más de 60 millones de euros y hay margen de comprar mejor la electricidad.

P.L.–Hablemos de algunos temas concretos. ¿Castrovido va según los plazos o se va a alargar sin fecha? Y, sobre todo, ¿se trabaja ya en los planes de futuro que eviten lo que sucedió en Riaño que se embalsó el agua durante años y años?

I. G. T.– Vamos a ver. Las obras de Castrovido se adjudicaron el 30 de diciembre de 2003 y cuando llegó el Gobierno socialista paralizó las obras hasta 2013, cuando este Gobierno reinició los trabajos. Nosotros las lanzamos, nos las paralizaron y las volvimos a lanzar, por lo que este Gobierno garantiza y es claro el interés para culminar el embalse de Castrovido. Es necesario para laminar las avenidas, evitar el riesgo de inundaciones y mejorar el abastecimiento para más de 30.000 personas, además de permitir el riego de 6.000 hectáreas. Avanza en su construcción a un ritmo normal, que hace que ya se ha ejecutado el 73% del volumen total de la obra y se estima que se termine en 2017.

P.L.–Otros de los asuntos concretos, los embalses del Órbigo que también quedaron empantanados por el anterior Gobierno. ¿Se harán, seguirán empantanados?

I. G. T.– Sé que hay cierta oposición a esta regulación adicional del Órbigo, pero desde el Ministerio se han analizado todas las alternativas y entendemos que es la que tiene menos impacto, que da buenas garantías y en estos momentos estamos con la declaración de impacto ambiental. Estas balsas nos parecen fundamentales para los agricultores. Serán importantes para los ayuntamientos, que también recibirán un IBI. Se han estudiado muchísimas alternativas, pero como se someterán a una información pública atenderemos todas las alegaciones.

P.L– Y, por último, Soria, donde el alcalde socialista reclama ya la depuradora para el alfoz.

I. G. T.– Sí, pero luego no quiere gastarse el 20% que les corresponde. Lo que sí hemos acordado todas las administraciones es que no da tiempo a que se financie con los fondos Feader, porque no daría estamos a la espera de ver cuál es la alternativa más conveniente de las dos o tres que hay.

F.R.– Medio Ambiente. ¿La cesión a las comunidades autónomas de la la gestión de Picos de Europa no fue una forma de quitársela de encima el Ministerio?

I. G. T.– En el Ministerio todo el mundo estaría encantado de trabajar en los parques nacionales, que son las joya de nuestro patrimonio natural, pero fue una sentencia del Tribunal Constitucional por recursos de Aragón y Andalucía los que quitaron las competencias. Por eso, hemos modificado la ley de parques para asumir nuestras responsabilidades hasta donde dice el tribunal. Nos hemos comprometido en parques nacionales. En Picos de Europa, en Castilla y León vamos a hacer dos centros importantes para ponerlo a nivel de Asturias y Cantabria y vamos a invertir 10 millones. Y hemos declarado por ley un nuevo parque nacional en Castilla y León, la Sierra de Guadarrama, que también afecta a más de una comunidad. El modelo de gestión compartida está siendo bueno.

P.L.– Al principio de la entrevista hablaba de la importancia de la agroalimentación para atraer a los visitantes. ¿Con el atractivo que tiene la naturaleza no falta un plan para incentivar el turismo. No es un hándicap de su Ministerio, en colaboración con el de Industria?

I. G. T.– A mí me parece muy importante que la gente visite nuestra naturaleza porque será la manera a través de la que la querrán. Es importante. Una de las cosas que deasrrolla la ley es crear una marca de parques nacionales y luego hay quien no quiere que se visiten mucho y que se controlen mucho las visitas. A mí me parece importante el conocimiento y trabajaremos en ese sentido. De acuerdo en que hay que atraer visitantes. Más de 10 millones de personas visitan los parques nacionales, pero todavía hay un margen de mejora.

P.L.– ¿Cómo puede afectar la Ley de Montes en la superficie forestal de Castilla y León en su conservación y aprovechamiento?

I. G. T.– La Ley de Montes tiene objetivos medioambientales y también socioeconómicos. Lo que queremos con la Ley de Montes, que irá al Consejo de Ministros el 9 de enero, es facilitar la gestión de los montes porque un monte gestionado es un monte cuidado y preservado, que no se prende. Es una manera de luchar contra los incendios y contra el cambio climático. Una de las cuestiones más importantes que tiene la ley es que se clasifican entre público o privado y dentro de ellos, los que merecen una especial protección o los que no. Ahora se solapan las clasificaciones y así tendrá sólo una. Incentivamos la ordenación, requiere un plan de ordenación pero simplificando la gestión y fomentamos dos maneras de gestión de montes: los montes de socios, que vienen de las desamortizaciones que, muchas veces no se gestionan porque parte de una titularidad desconocida. Y también, favorecemos la constitución de sociedades forestales, con las que la titularidad se mantiene pero la gestión se comparte, y así se consigue una explotación viable y a la gente que vive en el entorno les permitiremos aprovechar de una manera ordenada la riqueza que tiene porque es una fuente de riqueza y empleo para el medio rural. Es una ley importante para Castilla y León que tiene mucha masa forestal. Hemos estado muy en contacto con gente de Castilla y León para modificar la ley.

P.L.– Después de 6 meses en el Ministerio es evidente que no se le ha subido a la cabeza el Ministerio, ha mantenido sus relaciones, sus amigos... ¿En qué le ha cambiado la perspectiva política este tiempo?

I. G. T.– Ser Ministra es una parte muy pequeña de tu vida e Isabel García Tejerina lo eres toda la vida. Yo volví de secretaria general con un compromiso con mi país. Volví por una lealtad personal con Miguel Arias que me hizo secretaria general con 31 años entre 2000 y 2004. Dejé mi sector privado que no tenía una lógica económica, pero desde el convencimiento d e que España estaba tan mal en 2011 que todos teníamos que poner lo que pudiéramos para sacar el país adelante y yo tenía que poner lo que pudiera. Ya solo la negociación de la PAC vale la legislatura, vale lo que yo he dejado atrás. Dar garantía a los agricultores. La importancia, sobre todo el año que está por venir, es que tengo que contarle a los ciudadanos que en estos tres años y el que está por venir hemos cumplido lo que ellos nos pidieron, que era poner lo que pudieramos por sacar a España de una situación que era tremendamente dramática. El Gobierno vino a cambiar el rumbo que llevaba España y hay que ver cómo se ha revertido la dinámica. Hay más esperanza que si no se llega a hacer el trabajo de estos tres años.

P.L.– Política general. ¿Cree que Rajoy es el mejor candidato del PP para las próximas generales y que Herrera es impresicindible en la candidatura de Castilla y León?

I. G. T.– Es que no están formuladas exactamente igual. Uno es el mejor y el otro es imprescindible. Es una cuestión de matices.

P.L.– Podemos formularla igual. ¿Cree que son imprescindibles Rajoy para las generales y Herrera para Castilla y León?

I. G. T.– Creo que Rajoy es imprescindible. Hemos vivido unos años de enorme turbulencia. Cuando nosotros llegamos en diciembre de 2011, este país tenía todos los cimientos movidos. Hay que acordarse de donde estábamos, se hablaba de la desaparición de España del euro, éramos un problema mundial. El mundo angustiado con el devenir de España. Sólo un presidente como Mariano Rajoy hubiera sido capaz de mantener la templanza y los objetivos para evitar un rescate. Eso requiere de solvencia, aplomo, de creer en tu país por encima de lo que los ciudadanos están creyendo porque todo el mundo le pedía unas medidas que hubieran causado sufrimiento a muchas familias. Reformas presupuestarias, del mercado laboral que nos permiten crecer. Rajoy apostó por España y en tres años este Gobierno ha hecho que España sea el país que más crece de los países grandes de la UE. Al final los mercados lo recompensan y espero que también los ciudadanos. No sólo las economías mundiales. Con respecto a Herrera hay una diferenciación importante. Nunca he oído dudar a Rajoy de que quiera seguir, pero desconozco lo que pasa por la cabeza del presidente Herrera. No depende de la marcha, sino de las voluntades de cada uno y no sé si son exactamente las mismas. Mi duda es que no sé si ellos tienen la misma decisión sobre su futuro, pero espero que España siga con este nuevo panorama que se le abre.