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Jorge GdO

27/11/14

IFAPA, UCO y COI firman un acuerdo para conservar los recursos genéticos del olivo

La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, junto con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y la Universidad de Córdoba, ha firmado un convenio con el Consejo Oleícola Internacional (COI) para colaborar en la conservación de los recursos genéticos del olivo.

Al respecto, la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, ha subrayado que el “objetivo no es sólo preservar esta diversidad, sino también conocerla mejor y utilizarla para obtener nuevas variedades”. Por ello, “con este convenio facilitaremos el acceso a nuestro material vegetal al resto de colecciones de la Red de Bancos del COI y contribuiremos a fomentar la colaboración para conocer mejor los recursos genéticos y su aplicación”, ha concretado.

El Banco de Germoplasma Mundial del Olivo se creó hace 30 años en Córdoba con el apoyo del COI, investigadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del instituto predecesor del actual Ifapa. Actualmente cuenta con unas 500 variedades de este cultivo procedentes de diferentes países, que forman el mayor patrimonio genético del olivo que existe en el mundo. Estas variedades se conservan en las provincias de Córdoba y Jaén, en varias instalaciones de las tres instituciones que participan en este proyecto, la Universidad de Córdoba, el Ifapa y la Consejería.

Con la firma de este convenio, el Banco de Germoplasma Mundial del Olivo se integrará e la Colección Internacional de la Red de Bancos del COI y podrá recibir nuevas variedades de otros países, ha apuntado Elena Víboras.

En líneas generales, este acuerdo supone “una mayor garantía para la conservación de los recursos genéticos, que ahora estarán repartidos en otras colecciones de diferentes países, aunando esfuerzos en investigación y transferencia de resultados”, ha aseverado. Además, “supone un reconocimiento al Banco de Germoplasma Mundial del Olivo, que pasa a formar parte de la Red de Bancos del COI y alcanzará mayor notoriedad y acceso a otras variedades que todavía no posee”, ha añadido.

La titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha incidido en la “importancia de contar con una gran diversidad genética, porque supone una garantía de futuro”. En este sentido, ha recordado que en España hay unas 275 variedades de olivo, de las cuáles 120 se pueden considerar variedades andaluzas. Sin embargo, las variedades que se cultivan con fines comerciales son muchas menos, ha asegurado.

Así, un cultivo que tenga pocas variedades (poca diversidad genética) es más vulnerable a enfermedades o cambios porque tiene menos recursos para adaptarse y, además, el daño se propaga más rápido, ha reiterado.

Por ello, Elena Víboras ha insistido en que “es importante conservar un reservorio genético a partir del cual desarrollar nuevas variedades que sean, por ejemplo, resistentes a enfermedades, que se adapten mejor a la falta de agua, que sean más aptas para su recolección mecanizada o, simplemente, que tengan un sabor más suave”.

Aunque Andalucía “es la principal interesada en mantener esta variedad, dada la enorme importancia social y económica que tiene este cultivo para nuestra Comunidad, todos los países, tanto los que cultivan olivos como los que disfrutan de sus productos, se benefician de poder contar con esta diversidad”, ha aseverado. Por ello, “desde sus orígenes, el Banco de Germoplasma ha colaborado con otras redes de germoplasma de otros países y así lo seguirá haciendo, gracias a este convenio que garantizará la conservación, evaluación y uso futuro de este patrimonio”.

El olivar en Andalucía

Andalucía es un referente mundial en producciones de olivar, ya que el 40% del aceite de oliva y el 17% de la aceituna de mesa que se producen en el mundo salen de la Comunidad. Se trata de un cultivo cuyos productos tienen buenas expectativas de consumo, gracias a los mercados emergentes y a sus cualidades saludables, científicamente demostradas.

No obstante, Elena Víboras ha recordado que el sector tiene “importantes retos por delante en los que el COI debe jugar un papel destacado, fomentando la cooperación técnica y la expansión del comercio de este tipo de productos”. En el caso del aceite de oliva, “uno de nuestros retos es seguir mejorando la calidad y, sobre todo, su diferenciación, de forma clara, siguiendo estándares internacionales, reconocidos en todos los países”.

En este sentido, “desde la Administración andaluza estamos muy comprometidos con esta cuestión y realizamos un seguimiento exhaustivo de las características de nuestros aceites, con especial atención a aquellas cuestiones y circunstancias que pudieran repercutir en su calidad”. Además, “estamos colaborando con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, así como la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva para seguir avanzando en las técnicas que permitan un mejor control de la calidad”, ha apuntado.

Además, “algo que nos diferencia es la sostenibilidad de nuestros productos, ya que no sólo somos líderes en producción ecológica (53.000 hectáreas) y producción integrada (332.500 hectáreas), sino que también hemos realizado importantes avances en la fase industrial”, ha señalado la consejera. Así, en España y Andalucía, “los sistemas de extracción de aceite se han ido desarrollando con el objetivo de minimizar el consumo de agua y reducir el impacto ambiental que suponen los residuos de las almazaras”, ha explicado.

“Estos progresos dan dado lugar a aceites con unas excelentes propiedades, que deben reconocerse en los análisis, y, sobre todo, conservarse adecuadamente a lo largo de toda la cadena, hasta llegar al consumidor”, ha precisado la consejera, que ha incidido en que “la regulación de la calidad debe adaptarse a los conocimientos actuales y a las nuevas tecnologías para diferenciar la calidad y evitar el fraude a los consumidores.

Banco de Germoplasma mundial del olivo

El Banco de Germoplasma Mundial del Olivo es una colección de plantas de olivo que recoge el mayor patrimonio genético de variedades de olivo que existe en el mundo. Su objetivo fundamental es salvaguardar el patrimonio genético olivarero obtenido durante siglos de cultivo y expansión por el mundo que, en muchos casos, tiene tendencia a desaparecer debido a la sustitución de las variedades tradicionales por otras producidas mediante selección y mejora genética.

Su sede está en Córdoba, donde cuenta con un terreno de unas 12 hectáreas en el centro Ifapa de Alameda del Obispo, aunque también tiene plantaciones y laboratorios en el centro Ifapa de Venta del Llano en Jaén y en el Campus Universitario de Rabanales, en Córdoba. En total, el Banco mantiene unas 500 variedades de olivo procedentes de 24 países.