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Miguel Lorenzo

30/03/14

La apuesta por la agricultura ecológica ha provocado la aparición de plagas erradicadas

La apuesta cada vez más decidida por aplicar métodos ecológicos en la agricultura ha permitido que revivan plagas que se creían erradicadas hace décadas y que ahora afloran de nuevo al reducirse el uso de los pesticidas que en otras épocas las mantenían a raya, obligando a buscar fórmulas imaginativas para hacerles frente. Así, para atraer a insectos que dañan los cultivos usando de cebo sustancias químicas o feronomas que ellos mismos liberan a modo de llamada a sus congéneres para capturarlos y eliminarlos, se ha convertido en una nueva forma de luchar contra las plagas en medio del auge de esta agricultura ecológica. Algo que, por ejemplo, se está haciendo en las plantaciones plataneras de Canarias para luchar contra el llamado "picudo negro" que las amenaza.

Este pequeño insecto puede acabar con árboles enteros, al anidar en ellos agujereando sus troncos y destruyendo sus raíces hasta hacerlos caer por su propio peso.

El picudo reduce hasta en un 40% la productividad de las explotaciones plataneras, donde ha vuelto a aparecer desde los años noventa en terrenos de La Palma, Tenerife y Gran Canaria.

Efectos positivos contra el picudo rojo si se actúa a tiempo

Autoridades y expertos de las tres islas comparten sus esfuerzos para combatirlo, según se ha puesto de manifiesto hoy en la presentación en una finca del municipio grancanario de Gáldar afectada por esa plaga de un proyecto que su Cabildo insular ha puesto en marcha este año con la intención de ponerle coto y neutralizar sus perjuicios.

Sólo en esa finca de la zona de Sardina, donde se concentra la mayoría de la plaga del "picudo negro" detectada en la isla, la acción de ese pequeño insecto ha provocado pérdidas de 20.000 kilos de plátanos en un único año, conforme a los cálculos de su propietario, el agricultor Vicente Montesdeoca.

"Lo importante es que hay que combatirlo, porque yo mismo lo tengo ya medio eliminado", ha relatado a los periodistas Montesdeoca, mientras mostraba los destrozos provocados en las raíces de las plataneras y los dañinos túneles horadados en los troncos de varias de ellas por el insecto.

Todo ello, exhibiendo al tiempo en su mano media docena de ejemplares ya muertos de picudo negro, cuya apariencia contrasta con las dimensiones de los estragos que pueden llegar a causar, al tratarse de una especie de escarabajos de apenas dos centímetros de longitud y de aspecto inofensivo.

Su huella puede ser fatal, no obstante, si no se le hace frente a tiempo, como se demostró en la propia Gran Canaria hace ya más de medio siglo, cuando la plaga se extendió por los cultivos plataneros y obligó en 1945 a destruir numerosas plantaciones quemándolas por completo como única solución factible entonces para erradicarla, ha rememorado el consejero de Agricultura insular, Francisco Santana.