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Irene Campos

25/07/13

La Axarquía malagueña, la despensa europea de los subtropicales

Cualquier ciudadano europeo que quiera consumir un mango en perfectas condiciones de sabor y maduración, y que no haya tenido que realizar un viaje transoceánico para llegar hasta su mesa, tendrá que acudir a los que se producen en la Axarquía malagueña, la despensa europea de los subtropicales.

En esta comarca de Málaga empezaron a cultivarse subtropicales, principalmente aguacates, en los años 80, y desde finales de los 90, los frutos de la Axarquía cuentan con una identidad propia y una demanda elevada en los mercados internacionales.

Benjamín Faulí, técnico de Frutas y Hortalizas de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), ha explicado que la Axarquía es la única región de la Europa continental en la que pueden cultivarse estos productos, y la superficie destinada a los mismos es de unas 9.000 hectáreas.

Faulí ha informado de que la campaña de mango de 2012, que tuvo lugar entre agosto y noviembre, se cerró con una producción de 16.000 toneladas y una facturación de 13 millones de euros.

En el caso del aguacate, la última campaña ha arrojado una facturación de 75 millones de euros y una producción de 46.7000 toneladas, de las que 31.000 se exportaron a la Unión Europea, y 5.800 a terceros países, fundamentalmente Marruecos y Sudáfrica.

Con estas cifras, la Axarquía consolida su liderazgo en la exportación de subtropicales, una posición que afianzan empresas como la cooperativa Trops, que agrupa a más de 1.800 agricultores y que es la principal comercializadora de mango español.

Su gerente, Enrique Colilles, ha manifestado que el milagro subtropical de esta comarca, del que viven miles de familias, se debe a su clima privilegiado, a la especialización y profesionalización del sector y a la ventaja que le otorga ser la única zona productora localizada en el mercado europeo.

No obstante, Colilles ha puntualizado que los subtropicales axárquicos llevan años funcionando muy bien en los mercados internacionales, con una gran demanda, "aunque la crisis actual de otros sectores que han sido pujantes en el pasado nos está dando más visibilidad".

El potencial climático de la zona para el cultivo de estas especies, con inviernos suaves, es evidente, y su cercanía a los mercados es otro factor fundamental, pero el desarrollo que ha sufrido esta actividad no habría sido posible sin la intervención de la estación experimental de La Mayora, ubicada en el municipio de Algarrobo.

Dependiente del Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC) y la Universidad de Málaga (UMA), dedica su más de medio centenar de hectáreas a la investigación en hortofruticultura subtropical y mediterránea, según ha indicado su director, Enrique Moriones.

El centro fue creado en mayo de 1961 en el marco de un programa de cooperación hispano-alemán, con el objetivo de buscar y adaptar a esta zona cultivos de alto valor añadido que pudiesen destinarse en su mayor parte a la exportación, caso del aguacate o el mango, en cuya introducción ha sido "clave".

El buen funcionamiento de estos productos no significa que no se siga investigando en torno a ellos, sino todo lo contrario, ya que en la estación experimental ya han probado y certificado diferentes variedades de mango que van a permitir cubrir periodos de producción desde agosto hasta febrero, frente a las actuales campañas que culminan en noviembre.

Asimismo, existe una carta de productos subtropicales, con especies como el litchi o el longan que también funcionarían en la Axarquía, que está a disposición de aquellos agricultores "más inquietos" que quieran diversificar su producción y encontrar nuevos nichos de mercado.

Moriones ha asegurado que la investigación es imprescindible, porque sin ella se emplearían variedades que no son las adecuadas, "algo que ya ocurrió hace muchos años con el litchi, al que se destinaron muchas hectáreas, pero con la materia prima equivocada que no generó ninguna producción".

Ha destacado la fortaleza de los subtropicales frente a la crisis y por ello, ha pedido que se ayude a los investigadores, "que estamos pasando una mala temporada de financiación".

Por su parte, Colilles ha declarado que los retos que debe asumir el sector son potenciar el consumo interno para dar salida a los aumentos de producción, equiparar la legislación en el uso de fitosanitarios a la de terceros países y controlar el etiquetado y las fronteras para que no se comercialice fruta importada como si fuese de aquí.