La lavanda, otra opción para los secanos

Alguien dijo que haciendo siempre lo mismo… obtendrás siempre los mismos resultados y los agricultores parece que están dispuesto a romper con esa idea buscando, cada vez más, cultivos alternativos que permitan mejores rotaciones, recuperar las condiciones óptimas de las parcelas… sin olvidar la rentabilidad…

Fecha: 02-Oct-2018

Tags: lavanda

Uno de esos cultivos calificados alternativos para los secanos de buena parte de España es la lavanda con destino fundamentalmente a la producción de aceites esenciales, lo que hace que sea cada vez más habitual ver parcelas pintadas de morado por nuestra geometría.

Destacar que estamos hablando de un arbusto perenne, que puede llegar a alcanzar el 1,5 metros de altura, de la familia de las labiadas, que ya entra en producción en la segunda campaña después de su plantación y que puede tener una duración, con buenos resultados, hasta los 10 años aunque puede “estirarse” hasta los 12

La obtención del aceite de lavanda parte de una siembra en zonas de secano, no se puede olvidar que es una planta resistente y con capacidad para adaptarse a cualquier tipo de suelo aunque demanda áreas secas, bañadas ampliamente por el sol y pedregosos. Puestos a buscar una zona idónea para el desarrollo de este cultivo habría que buscar parcelas de sustrato calcáreo, suelto y, especialmente, que cuente con un buen drenaje, evitando, en la medida de lo posible,  las zonas arcillosas en las que el agua suele tender a acumularse.

 Precisamente, esas labores de sementera se deben realizar en cantidades que se podrían situar, siempre con carácter orientativo en los 15 gramos por cada metro cuadrado, siendo fundamental a lo largo de todo el ciclo vegetativo del cultivo que se traten de eliminar todas las vegetaciones herbáceas que puedan existir en la parcela ya que ejercen una fuerte competencia con nuestra lavanda. Por lo que se refiere a las fechas ideales para realizar este tipo de labor, debemos apostar por el otoño en las zonas más cálidas y a principios de primavera en las más frías pues hay que tener en cuanta que, por debajo de los 10 grados bajo cero esta planta comienza a sufrir los rigores del clima.

Por lo que se refiere a los riegos, bastará con uno moderado, de carácter mensual, especialmente en los periodos de crecimiento de la planta; mientras que en el caso del abonado, siempre realizando previamente un análisis de suelo que nos permita conocer de forma clara las necesidades y demandas de nuestro suelo, es importante destacar como la lavanda responde de forma muy positiva a la presencia de nitrógeno, por lo que es importante buscar formulaciones en las que se encuentre presente.

Para las labores de cosecha hay que buscar días de clima suave que permitan obtener los mejores resultados de la planta sin que el excesivo calor o el viento arruinen o debiliten la producción que, en condiciones normales, se puede situar en los 2.000 kilos de flor seca por hectárea con lo que se estima que se podría lograr obtener entre 16 y 25 kilos de esencia para la elaboración del aceite.