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Eugenio DOP

18/06/15

La nueva cosecha de aceituna se encuentra con otro “milagro”

Cada vez que se encuentra en un momento crítico, se obra un pequeño “milagro” que la saca a flote. Da la sensación de que una “inteligencia superior” tuviera claro que Jaén lo ha pasado muy mal con la escasa cosecha del año pasado y que no podría resistir otro año así. Y gracias a esto los agricultores hacen cábalas y dicen que, si no se estropea, pueden contar con una producción media o alta de aceite de oliva durante las próximas campañas.

Si no es así, no se podría entender que el cultivo estuviera tan bien con 360 litros por metro cuadrado, que es lo que ha caído durante este año hidrológico —la media de la última década es de 582—. Otra vez, los agricultores tienen la ayuda del cielo. Ayer la lluvia apareció por el “mar de olivos”. Fue, como en los últimos meses, de una manera escasa. Cayeron 9 litros en algunas zonas de Sierra Mágina, 13 cerca de Despeñaperros, 11 en Marmolejo y 7 en Cazorla. La capital y Linares se apañaron con 4 litros por metro cuadrado, mientras que en Villacarrillo y en Villanueva del Arzobispo no se llegó a los 2 litros.

Sin embargo, el cultivo no está acostumbrado a que le llueva en junio, por lo que estos nubarrones negros le vienen muy bien.Las fincas de regadío tienen menos problema y se ve un desarrollo vegetativo interesante.No obstante, los secanos siempre reciben cualquier gota “con los brazos abiertos”. Pero, más allá de las precipitaciones —que han sido bastante escasas, aunque al campo le vale hasta una gota—, los agricultores destacan la considerable bajada de las temperaturas, que ha creado un ambiente perfecto para favorecer la formación del hueso. Y si se logra que cuente con un calibre destacado, ayudará a formar aceitunas más gordas, que luego se transformarán en más kilos de aceite de oliva o, lo que es lo mismo, jornales para los trabajadores y euros para los olivareros.

En abril y en mayo pasó igual. Las precipitaciones fueron escasas, pero llovió unas semanas antes de que comenzara la floración, lo que ayudó al olivo a polinizar con más fuerza. El polen voló sin problema y, a finales de mes, cayó otra vez agua. También muy escasa, pero el cultivo la agradeció. “Ha llovido muy poco, pero todo lo que caiga es bueno. Vemos una cosecha que, inicialmente, parece buena, aunque existe bastante diferencia entre los secanos y el regadío, por lo que ya hay zonas en las que no se ve de una forma homogénea. Además, se nota mucho las fincas que empezaron a regar muy pronto”, afirma el jefe de los servicios técnicos de Asaja y presidente de la Sectorial del Aceite de Oliva de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego.

El secretario general de COAG en Jaén, Juan Luis Ávila, asegura que ha llovido poco durante este año, pero cuando ha caído agua ha sido en momentos clave: “Aunque el agua ha sido escasa, viene muy bien. Lo mejor de estos días, que no han dejado apenas lluvia, es la bajada de las temperaturas, que ayuda a la formación del hueso y a que el fruto salga hacia adelante”. Esto parece que será un oasis y que el desierto del verano se avecina, pero al olivar le ha hecho mucho bien.