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Miguel Lorenzo

11/09/14

La siembra directa permite un ahorro del 80% del combustible

La siembra directa es una práctica que va al alza en Salamanca y Castilla y León, impulsada por los buenos datos que ofrecen los investigadores. “Lo que buscamos es una comunicación entre la investigación y el sector, para ver qué puntos se pueden adaptar a los nuevos cambios que está sufriendo el sector por la política agraria, el aumento de costes… Nosotros enfocamos esos cambios desde la perspectiva de la siembra directa como método para ahorrar costes, tiempo… Es una forma de adaptarnos a los nuevos tiempos”, ha explicado Laura Rodríguez.

A su juicio, la siembra directa tiene dos puntos fuertes que gustan mucho a los agricultores. “Ahorramos un 75% del tiempo que el agricultor dedica al campo y un 80% en el consumo de combustibles. Desde el punto de vista económico son los dos más fuertes. Pero si hablamos de sostenibilidad, tiene otras ventajas, como el aumento de materia orgánica en el suelo, el cuidado del suelo frente a la erosión, rotaciones de cultivo”, ha comentado. Sin embargo, no oculta que esta forma de entender el campo también tiene detractores que aseguran que es una forma de fomentar las malas hierbas. “Es uno de los puntos clave. La siembra directa no se adapta a cualquier tipo de terreno, de suelo. Tenemos que conocer muy bien nuestras parcelas y saber si nos podemos adaptar o no a ella. La siembra directa no se puede concebir sin una buena rotación de cultivos”, ha asegurado.

En ese sentido, ha destacado que los terrenos que son buenos para la siembra directa son aquellos con una escasa presencia de materia orgánica, para aumentar la productividad. Y los terrenos ricos en limo. “Muchas veces al hacer el laboreo enterramos la materia orgánica en el suelo y subimos para arriba materias finas, como el limo, y forman costras en el terreno que dificultan la nacencia de la planta”, ha explicado.