La UE aprueba nuevas reglas para impulsar la reutilización de agua para riego agrícola

Dada la disparidad de las condiciones geográficas y climáticas en el bloque, los países de la UE podrán decidir si emplean agua urbana regenerada en riego agrícola en todo o en parte de su territorio.

Fecha: 14-May-2020

El pleno del Parlamento europeo, ayer miércoles, dio luz verde a las nuevas normas que buscan impulsar la reutilización de aguas residuales urbanas para riego agrícola para de este modo reducir el riesgo de escasez de este recurso y adaptarse a las consecuencias del cambio climático.

Con este voto se cumple el proceso de adopción, por lo tanto, las nuevas reglas entrarán en vigor tras su publicación en el Diario Oficial de la UE y los Estados miembro tendrán a partir de ahora tres años para adaptar su legislación y aplicarlas.

La normativa fija una serie de requisitos mínimos aplicables para la reutilización segura de aguas urbanas depuradas, basándose en conocimientos científicos disponibles y en prácticas reconocidas internacionalmente.

El objetivo de estos criterios es garantizar que estas aguas se puedan emplear con total seguridad para el riego agrícola asegurando así un elevado nivel de protección del medio ambiente, de la salud de los seres humanos y de la sanidad animal.

De este modo quiere asegurarse un uso más amplio de las aguas residuales tratadas para evitar recurrir a masas de agua y aguas subterráneas, ya que el regadío, el uso industrial y el desarrollo urbano han puesto en riesgo estos recursos hídricos.

La socialista italiana ponente de la posición de la Eurocámara, Simona Bonafè, ha destacado que se podrían reutilizar hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua en 2025 -frente a los actuales 1.100 millones de metros cúbicos anuales–, y ello se lograría con «una inversión de menos de 700 millones de euros».

Además, defiende la eurodiputada en un comunicado, permitirá reutilizar «más de la mitad» del agua procedente de las plantas de tratamiento de aguas teóricamente disponibles para el regadío, evitando así más de un 5% de extracción directa de las masas de agua y aguas subterráneas»