Lambán visita un proyecto innovador de fruticultura a más de mil metros de altura en la localidad turolense de Villarquemado

El cultivo del manzano en altura es una oportunidad para la revitalización de la fruticultura y el desarrollo de las zonas de mayor altitud y de montaña

Fecha: 25-Apr-2019

Fuente: Aragón Hoy

El presidente aragonés, Javier Lambán, ha visitado hoy la plantación de manzanos de 90 hectáreas, de Villarquemado, en la provincia de Teruel. Se trata de un proyecto innovador de fruticultura en altura, ya que los campos se sitúan en torno a los mil metros con unos buenos rendimientos, que da trabajo en la actualidad a 16 personas, pero que llegan a más de sesenta en determinados periodos del año. La empresa estudia la ampliación del proyecto a 150 hectáreas que incluirá manzanos y cerezo tardío.

Javier Lambán ha visitado la empresa, acompañado por el alcalde de Villarquemado, Federico Serrano, y el gerente de la plantación de la empresa Frutas Espax, Leopoldo Serrano, y ha calificado la explotación de "ejemplar" y digna de ser divulgada como experiencia piloto para hacer más rentable la agricultura en nuestro territorio. El presidente ha recordado que Aragón representa la quinta parte de la superficie total nacional española de fruta, siendo el principal productor nacional de cereza y el segundo de melocotón y manzana y defiende la revitalización de un sector clave.

El presidente aragonés ha indicado que la producción de manzana en Villarquemado muestra el camino a seguir para recuperar el terreno perdido por nuestra fruticultura que se ha desarrollado en las zonas más prósperas de Aragón, pero requiere de una ambiciosa reorientación estratégica productiva y comercial basada en la innovación y el conocimiento,como la que desarrolla el CITA en la investigación de nuevas variedades adaptadas al territorio y al gusto de los consumidores.

En este sentido, ha señalado la importancia de que los proyectos nazcan vinculados al territorio y al medio rural aragonés para asentar población. Y para ello, resulta de utilidad el nuevo modelo de financiación para la creación de regadíos de interés social implementado en esta legislatura. También requiere de la transferencia del conocimiento tecnológico y comercial ya disponible mediante el sistema de asesoramiento también impulsado en esta legislatura con la ambición de recuperar la extensión agraria.

La apuesta por los regadíos, las ayudas a los jóvenes agricultores para que se mantengan en la actividad y en el territorio, así como la reforma de la PAC, son otras de las medidas en las que trabaja el ejecutivo por considerar que favorecen al sector primario y también a este en particular de la fruticultura, haciéndolo más rentable y atractivo.

 Un plus de calidad y competitividad

La extensión del cultivo del manzano en zonas de altitud entorno a los 1.000 m, unido a la mejora varietal, de las técnicas de cultivo, así como de las estructuras comerciales y de promoción, además de posibilitar el reposicionamiento del cultivo al nivel que le corresponde a Aragón, supone una oportunidad para el desarrollo de dichas zonas dado que se trata de un cultivo exigente en mano de obra y con capacidad de generar valor añadido a través de su comercialización.

El desarrollo de este tipo de fruticultura orientada a la calidad diferenciada, que puede extenderse a otros cultivos como peral, cerezo, ciruelo y otros, no solo no permite excluir el regadío, sino que lo hace más necesario si cabe dada la necesidad de afrontar los mayores riesgos de helada mediante la tecnología de riego antihelada.

Hay que recordar que España, y en particular en Aragón, ha mantenido un peso relevante en el contexto nacional el cultivo del manzano, ya que se extendió a partir de los años sesenta del pasado siglo en las zonas de menor altitud, caracterizadas por elevadas temperaturas estivales y baja humedad. Estas condiciones inciden muy negativamente en la falta de color y de firmeza de los frutos, que son los atributos de calidad más valorados actualmente por los consumidores. Esta situación se ha traducido en que la superficie de cultivo y de la producción de manzanas en España, y particularmente en Aragón, durante los últimos veinte años se ha reducido a menos de la mitad.

En paralelo, las importaciones de manzana han aumentado en favor de los países que, habiendo sabido adaptar el cultivo a las condiciones de calidad y de comercialización exigidas por el mercado, han adquirido una competitividad que España no tenía. Por esta razón, los expertos han venido a desaconsejar que las nuevas plantaciones sigan ubicándose en zonas de baja altitud donde es difícil obtener la calidad exigida. Por el contrario, conviene seguir el ejemplo de Francia, Italia, Austria o Suiza, ya adoptado de hecho en Villarquemado, aprovechando la oportunidad de reubicar el cultivo en las zonas de montaña y de mayor altitud, como ocurre en varios lugares de Aragón.

Lambán ha recordado que la cuenca del Jiloca, por sus condiciones de altitud, orografías y de comunicación, presenta unas extraordinarias condiciones para la producción de manzana que responda a las condiciones de calidad necesarias para poder competir con la masiva importación procedente tanto de Europa como del hemisferio sur (Chile, Brasil o Nueva Zelanda).

Las cien hectáreas de producción de Villarquemado se dedican a variedades Royal Gala, Granny Smith, Fuji y Golden. La apuesta por esta localidad permite una producción en altura que permite obtener el fruto con un sabor, textura y característicos muy apreciados, ya que el clima frío retrasa la maduración respecto a otras comarcas frutícolas. La plantación está totalmente modernizada con sistema de riego por goteo y dispositivo de protección contra heladas. La plantación de manzanos alcanza su plena producción tras cuatro años de crecimiento y que viene a dar unos cuatro millones de kilos