Lo que hacemos con el suelo impacta al clima

Fitotecnología es un término que engloba aquellas técnicas que utilizan las plantas para resolver problemas ambientales, como pueden ser el control de la erosión, la extracción de metales del suelo, la estabilización de toxinas para limitar la contaminación de otras zonas…

Fecha: 03-Apr-2018

Tags: suelo , clima

Fuente: Agriculturers

El suelo de un enclave es tan importante que constituye la base fundamental para la producción agrícola. ¿Es esta una razón más que suciente para cuidar y proteger nuestros suelos?

Efectivamente, el suelo nos proporciona alimentos, biomasa y materias primas al sustentar la producción primaria en los ecosistemas terrestres. Sólo por eso deberíamos cuidar nuestros suelos pero es que, además,… El suelo almacena y ltra el agua, mejorando la resiliencia del ecosistema frente a lluvias intensas y sequías; el suelo alberga la cuarta parte de la biodiversidad del planeta Tierra; el suelo da soporte a las infraestructuras urbanas, industriales, vías de comunicación; el suelo almacena toneladas de carbono, elemento que forma parte del CO2, uno de los gases responsables del cambio climático...

Si queremos que la vida vegetal se desarrolle fuerte y vigorosa, ¿es importante conocer las propiedades del suelo, acercarnos a sus características y descubrir su origen y su composición?

El suelo, a pesar de lo importante que es para la vida en el planeta, no deja de ser una capa muy delgada de la supercie de la Tierra: ¡¡de tan sólo 1 ó 2 metros de espesor!! Por lo que es un recurso natural limitado, además de muy frágil. Para formar 1 mm de suelo se requieren cientos o miles de años, de ahí que el suelo sea un recurso natural no renovable a la escala de la vida humana. En cambio los procesos de degradación del suelo son rápidos y destructivos: como la erosión por el agua o el viento, la salinización por un mal manejo del agua, la contaminación, el desequilibrio nutricional para los cultivos, la compactación, el sellado permanente de suelos de alta productividad por la construcción de edicios e infraestructuras, …Por tanto, conocer las características de los suelos, sus componentes y propiedades, así como su distribución espacial, es fundamental para su manejo sostenible.

Cuando un suelo comienza a dar problemas y nos damos cuenta que el rendimiento de nuestro cultivo disminuye, ¿Qué técnicas se pueden emplear para su recuperación?

Tanto si se trata de un suelo agrícola como forestal, hay que identicar qué proceso está generando su perdida de calidad, como si tratara de un enfermo al que hay qué diagnosticar cuál es la enfermedad que le afecta, qué factores deterioran la “salud” del suelo… Por ejemplo, si el suelo está siendo erosionado por la acción de la lluvia deberá protegerse con cubiertas (vegetales, de residuos orgánicos, etc), o cultivarse en curvas de nivel, o practicarse el laboreo mínimo,…Si el suelo de regadío sufre procesos de salinización habrá que aplicarle una fracción de lavado y eliminar el exceso de agua con sistemas de drenaje, etc.

 ¿Cómo se pueden mejorar las cubiertas vegetales en viñedos?

Los suelos de los viñedos deben producir de forma sostenible uva y mosto de los que obtener un vino de calidad. Una cubierta vegetal protegerá al suelo frente a la acción erosiva de la lluvia o el viento pero, a la vez, competirá con la viña por los nutrientes y el agua del suelo. Puesto que agua y nutrientes, entre otros factores, tienen una fuerte incidencia sobre la producción vegetal y, en particular, en la calidad del vino (acidez, aromas, color, etc) el viticultor deberá establecer una cubierta vegetal con una determinada composición orística. Además el manejo de la misma buscará reducir o aumentar la competencia con la viña según el objetivo del viticultor, por ejemplo mediante su siega en determinada estación.

Otro tema que preocupa mucho es el impacto de los incendios forestales sobre el ecosistema y las posteriores estrategias de conservación del suelo. Como se podría actuar en este caso.

Los incendios forestales suponen una fuerte emisión del C jado en la vegetación a la atmósfera. Aparte de ese efecto directo e inmediato del fuego, el suelo forestal queda sin protección frente a la lluvia por lo que la velocidad con que se recupere la nueva cubierta vegetal es fundamental. En aquellas zonas degradadas donde esa recuperación se prevé muy lenta, se aplican medidas de emergencia post-incendio como son la construcción de fajinas, cubrir el suelo con residuos orgánicos (astillas, paja, etc),...

Y en los suelos que han sido utilizados continuamente como pastos, ¿existe algún tipo de tecnología aplicable que mejorara su rendimiento? ¿Como la aplicamos? ¿Que efectos tienen las quemas controladas de matorrales para recuperar estos suelos?

En los últimos años se está constatando un retroceso de la carga ganadera en determinadas zonas de montaña, lo que conlleva al embastecimiento del pasto, su matorralización y reforestación natural. Se trata de zonas que, en tiempos históricos, fueron ganadas al bosque por la necesidad de alimentar al ganado ovino. La quema es una de las técnicas ancestrales control del avance de la vegetación, sea realizada por los propios pastores o, actualmente, por técnicos. Las quemas tienen efectos directos sobre el suelo, variables según su intensidad, como lo puede tener una quemadura sobre nuestra piel (en denitiva el suelo es la epidermis viva de la Tierra). En el caso de quemas controladas, realizadas con alta humedad, baja temperatura, y escaso combustible, los efectos directos sobre el suelo son reducidos. Sin embargo, los efectos a medio plazo, al quedar el suelo al descubierto pueden ser muy variables según la intensidad de la lluvia tras la quema, la pendiente de la ladera o la velocidad de recuperación de la cubierta vegetal…Dada la variabilidad de factores que inciden en la naturaleza, hay que buscar diferentes soluciones para cada situación.

También son muchos los expertos que insisten en el papel crucial que juega el suelo en la mitigación del cambio climático. ¿Está de acuerdo con este planteamiento? ¿Por qué?

Los suelos de la Tierra almacenan 25.109 toneladas de carbono, elemento que forma parte del CO2, uno de los gases responsables del cambio climático. Se trata del triple del que puede haber en la atmósfera y el cuádruple del de toda la vegetación del planeta. El C llega al suelo fundamentalmente por la descomposición de plantas y animales. Si bien una parte se libera a la atmósfera en forma de CO2 (respiración del suelo), otra queda secuestrada en forma de materia orgánica, mitigando así el efecto invernadero. El manejo que demos a los suelos tendrá, por tanto, un impacto sobre el clima. Acciones como un laboreo moderado de los suelos agrícolas, enterrar los residuos de cosecha o estiércol de calidad, pueden mitigar el efecto invernadero. La roturación de suelos forestales o los incendios, en cambio, pueden acelerar la perdida del C edáco a la atmósfera. A la vez la perdida de C o materia orgánica del suelo conduce al deterioro de un conjunto de propiedades relacionadas con la salud y la productividad del suelo, como son la estabilidad estructural, la retención de agua, la capacidad de intercambio de nutrientes...