Los sabores y la recuperación de las variedades de fruta de montaña, dos propuestas del CITA en el II Congreso “Hecho en los Pirineos”

Celia M. Cantín y Pilar Errea, investigadoras de la Unidad de Hortofruticultura, participan en el certamen

Fecha: 20-Mar-2019

Fuente: Aragón Hoy

El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) participa en el II Congreso del producto y la gastronomía “Hecho en los Pirineos” que se celebra en el Palacio de Congresos de Huesca del 23 al 26 de marzo y en la que dará cita más de 100 profesionales del sector hostelero acompañados de 40 expertos de diferentes ámbitos.

Celia M. Cantín, investigadora ARAID y de la Unidad de Hortofruticultura del CITA, ha preparado para el domingo 24 de marzo un Taller de sensorialidad titulado “Los sabores de nuestra fruta”. La investigadora explicará cuáles son los atributos organolépticos más importantes que contribuyen a la calidad del fruto, y por tanto a su aceptación. Además de una breve parte teórica, llevará a cabo una cata guiada, en la que los participantes podrán sentir por sí mismos dichos atributos, con el fin de ser capaces de apreciar la calidad sensorial de la fruta. Durante la cata se podrán degustar frutas del Valle del Manubles y de otras zonas que forman parte de los proyectos de investigación del CITA.

Por su parte Pilar Errea, investigadora de la Unidad de Hortofruticultura del CITA, impartirá la charla “La fruticultura de montaña, alternativa singular y diferencial” el lunes 25 de marzo, en la que detallará las investigaciones sobre este proyecto de especies frutales locales en los que participa el CITA y en el que se pretende garantizar la supervivencia de estos recursos fitogenéticos en toda su riqueza y diversidad, y especialmente en aquellos en peligro de desaparición. La estrategia de esta recuperación incluye la prospección y propagación del material frutal interesante, su caracterización tanto pomológica como molecular y la posterior evaluación de todo su potencial agronómico y comercial. Se trata por tanto de recuperar un material vegetal bien adaptado a su medio, abordando toda la cadena de valor de estos frutos, desde el campo a la mesa, y promover así el valor intrínseco de los alimentos locales y la elaboración de productos con ingredientes tradicionales.