Márgenes más anchos para proteger los cereales de malas hierbas

Propuesta de una investigación donde participa la UdL publicada a 'Weed research'

Fecha: 30-May-2019

Fuente: ETSEA

Dejar márgenes más anchos a los campos de cereales puede reducir las malas hierbas que reducen el rendimiento del cultivo, como la amapola (Papaver rhoeas), la escaldaboques (Bromus diandrus) o el ballico (Lolium rigidum). Así lo posa de manifiesto una investigación en la cual ha participado la Universitat de Lleida (UdL) y que se ha publicado a la revista Weed research. Se trata del primer estudio que propone una tipología de límites en campos de cultivo a la zona mediterránea de Europa.

Los investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSEA) de UdL, la Universidad de Zaragoza, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y el  Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC en Córdoba han analizado más de 230 campos de Cataluña, Aragón y Andalucía. Así han establecido hasta cinco tipos de límites, que van desde los estructuralmente sencillos hasta estructuras complejas. 
 
La principal conclusión es que los márgenes más estrechos y planes contienen muchas de las especies de malas hierbas anuales que se encuentran también en el centro de campo y con gran abundancia. En cambio, los márgenes de más de tres metros y con cierta pendiente acogen especies que no suelen encontrarse dentro de los campos de los cereales, plantas perennes típicas del territorio procedentes de las manchas circundantes de la vegetación natural, como lo siscall (Salsola vermiculata), la argelada (Genista scorpius) o el tomillo (Thymus vulgaris) que no suponen un problema por los cultivos.
 
La estrechez de un margen hace que sea más fácilmente pertorbable, es decir, que le lleguen restos de herbicidas y fertilizantes, favoreciendo las especies anuales que perjudican los cultivos. "Con los márgenes más anchos, las espones no serán una fuente de maleza por dentro del campo. Erróneamente  a veces vemos que las espones se perturban mecánicamente, se queman o se aplica herbicidas. Cuando esto sucede las plantas infestants de los campos encuentran en estos márgenes refugio y se instalan potenciando futuras infestaciones de los campos", explica el investigador del ETSEA Xavier Oriol Solé-Senan. "En cambio, las especies perennes reducen la captación de las malas hierbas anuales", añade.
 
La investigación propone una mejor gestión de los márgenes de los cultivos de cereales "para combinar objetivos ambientales y de producción". Además, los investigadores aseguran que la protección de las espones puede también ayudar a conservar especies raras de malas hierbas, que en otros países como Francia o Inglaterra están protegidas por la legislación.