Convocados por la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios y por un nutrido colectivo de veterinarios clínicos, han revindicado que la salud humana depende de la salud animal y de la salud medioambiental y que su trabajo es la pieza clave para garantizar estos tres factores. Al término del acto se ha dado lectura a un manifiesto. Cientos de manifestantes han acudido a Madrid en autobuses fletados por algunos Colegios. También han participado varios colectivos veterianrios y, a título personal, varios presidentes de Colegios y miembros de la OCV. El expresidente del CGCVE, Juan José Badiola, ha participado en la lectura de un manifiesto delante del Ministerio de Sanidad.

“Somos los profesionales que velamos para que nuestros animales domésticos (los de compañía y los de granja) no puedan transmitir enfermedades infecciosas al hombre y a la fauna silvestre, evitando así graves epidemias”, señala el manifiesto. (Se considera que un 60% de las enfermedades humanas proceden de infecciones animales). “No imaginamos un mundo donde no existan investigadores veterinarios para estudiar y controlar las enfermedades actuales y emergentes que puedan afectar a nuestra fauna doméstica y salvaje y también a nosotros, los humanos; investigadores veterinarios que trabajan en el desarrollo de los tratamientos y las vacunas necesarias”, continúa el escrito.

Explican en el manifiesto que los profesionales de la veterinaria están cansados “del menosprecio, la invisibilidad y falta de respeto al veterinario como autoridad sanitaria que somos. Hoy reiteramos que sin más apoyo y más veterinarios para evitar crisis alimentarias y sanitarias como las generadas estos últimos meses, los casos de listeriosis o de botulismo volverán a suceder”.

“Los veterinarios somos imprescindibles, ya que nuestra función sanitaria involucra no sólo a los animales, sino también a toda la sociedad y al medio ambiente”, continúa el manifiesto. “Por ello, exigimos que nuestros derechos, igual que sucede con nuestras obligaciones, no queden solamente recogidos en una ley, sino que ésta se haga efectiva”.

Entre otras reivindicaciones, los veterinarios quieren ser considerados autoridades sanitarias de hecho; hacen hincapié en que la falta de inspectores veterinarios impide la prevención y control efectivos en mataderos e industrias alimentarias o que las clínicas y centros veterinarios no están regulados como centros sanitarios, y por ello están obligados a soportar un IVA del 21% frente a los centros médicos privados.