Movilizaciones de apicultores en 18 capitales de provincia en defensa de la miel española y un sector apícola rentable y sostenible

Los productores han denunciado los abusos de la industria envasadora a productores y consumidores. Se reclama un mayor control de las importaciones y sucedáneos de miel de baja calidad, especialmente de China, y un etiquetado más transparente que obligue a detallar el país de origen.

21 12 2018

Galería de fotos de las diferentes concentracioneshttps://flic.kr/s/aHskKrvTCi

Madrid, 11 de diciembre de 2018. El sector apícola de COAG se ha movilizado hoy en Almería, Córdoba, Guadalajara, Jaén, Las Palmas, Logroño, Málaga, Menorca, Murcia, Oviedo, Pamplona, Salamanca, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla, Tenerife, Valencia y Zaragoza, para denunciar los abusos de la industria envasadora de miel a productores y consumidores.

Bajo el lema, "En defensa de la miel española, por un sector apícola rentable y sostenible", los productores se han concentrado frente a grandes superficies comerciales para reclamar un mayor control de las importaciones de baja calidad, especialmente de China, y un etiquetado más transparente que obligue a detallar el país de origen. Durante el acto se ha leído de un manifiesto reivindicativo y se han repartirán folletos divulgativos entre los viandantes para informar sobre el confuso etiquetado que utilizan las grandes industrias envasadoras para enmascarar importaciones y sucedáneos de miel de baja calidad.

Desde la campaña 2015-2016, el precio de la miel en origen acumula una caída cercana al 40%.  En la actualidad, los apicultores están recibiendo ofertas de compra por parte de la industria envasadora muy por debajo de lo que cuesta producir un kilo de miel, 2,65€. “La situación es perversa  e insostenible; producimos una de las mejores mieles del mundo pero la industria envasadora ha dejado de comprarla porque prefiere abastecerse de importaciones de baja calidad de terceros países”, ha lamentado Ángel Díaz, responsable del sector apícola de COAG. El propio Parlamento Europeo describe los efectos de esta situación en uno de sus últimos informes; “ las importaciones de baja calidad, la adulteración y los sucedáneos distorsionan el mercado y ejercen una presión continua sobre los precios y, en última instancia, sobre la calidad del producto en el mercado interior”.

En 2017 se alcanzaron cifras récord de importación. En una década se ha duplicado la entrada de miel foránea: hemos pasado de 16.000 toneladas en 2007, a 32.000 en la última campaña.