CHIL.org

RAIF: Recomendaciones para la siembra de remolacha azucarera

Con el objetivo de obtener los máximos rendimientos y una buena calidad en nuestras parcelas destinadas al cultivo de la remolacha azucarera es fundamental realizar una correcta implantación del cultivo.

Ésta comenzaría con una buena elección de la parcela, la cual se sustentaría en tres importantes recomendaciones:

1.- Dejar un mínimo de 2 años sin cultivar remolacha en la misma parcela.

2.- Sembrar preferentemente después de barbecho en blanco en secano, mientras que en riego cualquier cultivo típico de la zona (cereal, girasol, tomate, algodón, etc) son aptos como cultivo previo.

3.- Evitar parcelas donde se hayan aplicado en el cultivo anterior herbicidas con las siguientes materias activas: isoxaben, oxifluorfen, prosulfocarb, terbutilazina, clorsulfuron, florasulam, mesotriona y sulfosulfuron.

El siguiente paso sería una buena preparación del terreno, con el fin de obtener un perfil del suelo óptimo para que la semilla pueda germinar y enraizar sin dificultad, permitiendo a su vez un satisfactorio desarrollo de la planta.

Es fundamental efectuar un correcto abonado de fondo. Primero tomaremos una o varias muestras de suelo y las enviaremos a un Laboratorio especializado en analítica de suelo. La muestra de suelo ha de ser representativa de la parcela, por lo que se deberán recoger tomas de distintos puntos. Estas tomas tienen que mezclarse bien antes de ser enviadas al laboratorio, debiendo pesar la muestra definitiva entre 1 y 2 kg. Después de haber elegido el abono, lo aplicaremos antes de las últimas labores de preparación del suelo, utilizando una abonadora bien calibrada que proporcione una distribución del abono lo más uniforme posible.

La siembra sería el siguiente paso a efectuar, pero antes de empezar a sembrar deberemos de elegir una variedad que se adapte lo mejor posible tanto a nuestro suelo como al clima donde se encuentra nuestra parcela. Para las parcelas de secano se recomienda sembrar entre el 25 de septiembre y el 31 de octubre, y entre el 15 de octubre y el 30 de noviembre para las de riego. La experiencia de varios años ha demostrado que sembrar pronto incrementa los rendimientos finales.

El lecho de siembra de las parcelas de secano debe poseer un tempero suficiente para poder proporcionar a las semillas la necesaria humedad para poder germinar y enraizar de forma satisfactoria. Por este motivo las siembras de estas parcelas no deberán comenzar hasta que lleguen las primeras lluvias de otoño, y, por supuesto, que éstas sean realmente importantes.

La máquina sembradora empleada deberá estar revisada y calibrada adecuadamente antes de empezar a funcionar, debiendo estar bien adaptada a cada tipo de terreno. La sembradora deberá depositar la semilla a unos 2-3 cm de profundidad, dosificando adecuadamente ésta para conseguir la densidad de plantación deseada. La velocidad de siembra no debe ser superior a 6 km/h. La distancia entre semillas deberá ser, tanto en riego como en secano, de 14-16 cm, y la distancia entre líneos de 50 cm (en secano, 55 cm como máximo), de modo que la densidad de plantación definitiva debería de ser de 70.000 plantas/ha en secano y de 100.000 en regadío. La semilla empleada será de categoría certificada y procederá de productores oficialmente autorizados.

Con el fin de proteger a la semilla de ataques de hongos e insectos de suelo, se recomienda el empleo de semilla tratada con fungicidas y/o insecticidas autorizados. Los fungicidas e insecticidas utilizados en esta operación deberán estar autorizados, tanto para el cultivo como para la plaga/enfermedad, en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Más información