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Revolución en las ideas para que el consumidor con prisas pueda comer sano.

Empresas emergentes han presentado -durante la jornada “Pescadería 3.0″-, varias ideas para que los consumidores con poco tiempo y con prisas puedan comer sano, gracias a la tecnología y a aplicaciones informáticas que permiten desde imprimir alimentos hasta encargar la compra. Los emprendedores han participado en “Pescadería 3.0″, una iniciativa de la Asociación de Detallistas de Pescado madrileña (Adepesca) para analizar las tendencias más innovadoras y los retos de futuro de estos comercios tradicionales.

La responsable de Chefly, Paola García, ha presentado su plataforma en internet, que ayuda al consumidor a encontrar cocineros que elaboran comida casera cerca de casa o de la oficina o a encargar un “táper”. García ha explicado que gracias a una app o aplicación informática, esta clase de plataformas son útiles para llevar al público alimentos sanos y, tal y como se ha debatido en las jornadas, atraer a los jóvenes al consumo de pescado, entre otros alimentos saludables.

Por otro lado, el director de operaciones de Deliberry, Camilo Defoin ha dado a conocer su proyecto, el “primer mercado de alimentos y bebidas” que permite al consumidor obtener la compra en su casa en una hora, o en el momento del día que el cliente decida.

Impresoras de alimentos

La particularidad de este proyecto está en las personas que hacen esa compra, que son mujeres de más de 45 años que pertenecen a programas de Cáritas dirigidos a dar trabajo un segmento de población femenino con dificultades para acceder al mercado laboral y con “experiencia” a la hora de ir al mercado.

Deliberry tiene asociadas más de 18.000 referencias, entre las que figuran supermercados y tiendas pequeñas y ofrece productos frescos, bebidas, envasados o platos preparados.

Por otro lado, el responsable de Natural Machines, Emilio Sepúlveda ha dado a conocer sus impresoras de alimentos en 3D, que funcionan con una conexión a internet y que preparan la parte de la elaboración de una comida que a veces resulta más tediosa, como el relleno o el moldeado de la forma.

Su funcionamiento consiste en introducir los ingredientes y la máquina los prepara, antes de la impresión, con el fin de que el consumidor obtenga formas y versiones “más personalizadas” como podría ser un puré de espinacas con forma de dinosaurios, raviolis o aros de “Fish and chips” (patatas y pescado).

Las primeras impresoras se están comercializando para hoteles, restaurantes y hospitales, están teniendo más éxito en EEUU y China y, aunque en los países mediterráneos cuesta más introducirlas, Sepúlveda ha confiado en que en cinco años estén implantadas en los hogares.

La máquina, del tamaño de un microondas, que está conectada por wifi a internet y funciona con aplicaciones de móvil, contiene cápsulas que pueden ser abiertas para que el usuario ponga lo que quiera, o cerradas y elaboradas con distintos alimentos frescos.

Fuente: EFEAGRO