Aunque resulta casi imperceptible, cada año se pierden grandes cantidades del suelo destinado a uso agrícola, algo que afecta no sólo al sector alimentario, sino también al textil y al energético y, por supuesto, al medioambiente. Esta pérdida anual apenas llega a medio centímetro y puede pasar desapercibido para el ojo humano.
Aunque resulta casi imperceptible, cada año se pierden grandes cantidades del suelo destinado a uso agrícola, algo que afecta no sólo al sector alimentario, sino también al textil y al energético y, por supuesto, al medioambiente. Esta pérdida anual apenas llega a medio centímetro y puede pasar desapercibido para el ojo humano.