Repsol y la Asociación Agraria para Jóvenes Agricultores (ASAJA) se han aliado para impulsar la economía circular y generar oportunidades en el sector primario a través de la valorización de subproductos agrarios y ganaderos en la industria energética. Este acuerdo afianza la relación entre las dos entidades y certifica el compromiso de ambas con la transición energética y un desarrollo económico sostenible.
La crisis energética provocada por el uso indiscriminado de combustibles fósiles, unida al reto de alimentar de forma sostenible a una población en continuo crecimiento, ha motivado la creación de un grupo operativo para la ‘Valorización de subproductos descontaminantes con valor fertilizantes’, conocido de forma abreviada como S-Valor. El fin de este proyecto es desarrollar un fertilizante a partir de la recuperación de residuos revalorizados procedentes de la generación de biogás.
La investigadora Lourdes Martínez, miembro del Grupo “Bioprocesos” de la UJA, apunta que la industria del aceite de oliva produce cantidades significativas de residuos de orujo de aceituna cada año
El proyecto Straw4Footwear contribuirá a la descarbonización del sector del calzado y dará salida a un biorresiduo que supone un problema a nivel económico y medioambiental para el sector agrícola valenciano
Planas subraya que impulsar la producción de fertilizantes orgánicos da respuesta a dos grandes retos del sector: productos con una menor dependencia del gas y una menor huella de carbono
El ministerio trabaja en la elaboración de una hoja de ruta de los fertilizantes con medidas que tienen como objetivo asegurar el abastecimiento y reducir la dependencia energética en su fabricación
El sector avícola constituye el 31% del total de la producción de carne en Europa actualmente, comercializándose más de 15,2 millones de toneladas en 2018. En consecuencia, se estima que el sector genera 3,6 millones de toneladas anuales de residuos de plumas, de las cuales, tan solo un 25% son recolectadas para aplicaciones de harina de plumas y fertilizantes, mientras que el resto, son eliminadas en vertederos o incineradoras. Sin embargo, las plumas están compuestas de casi un 90% de queratina, una valiosa proteína que puede ser potencialmente usada como materia prima para materiales biobasados y biodegradables. A raíz de esto, surge el proyecto UNLOCK, en el que colaboran 15 socios de 7 países europeos coordinados por la fundación Cidetec, cuyo objetivo principal es el diseño y la demostración de una cadena de suministro económica y ambientalmente sostenible para una bioeconomía basada en las plumas, que generará materiales funcionales innovadores en base bio para aplicaciones agrí
El centro tecnológico valenciano AINIA ha desarrollado un sistema de detección y cuantificación de residuos alimentarios sobre superficies industriales, basado en diferentes tecnologías de visión avanzada y robótica, para poder estudiar las interacciones de variables como el tipo de residuo, las características de las superficies y su influencia en la eficacia de la limpieza.
El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMLAS), perteneciente a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana, está trabajando en dos proyectos, uno dirigido a convertir los residuos alimentarios en nuevos materiales biodegradables para envases y otro que busca transformar residuos agroalimentarios en bioplásticos.
Uno de los principales problemas de la industria agrícola y ganadera es que genera desechos, como los purines, que crean malos olores, contaminación y un impacto ecológico evidente. Los científicos plantean soluciones que equilibren sus aspectos ambientales, económicos y sociales.
Un equipo de investigación en el que participa la Universidad de Córdoba (UCO), integrado por instituciones públicas y privadas, empleará paja de cereales para producir microcápsulas sostenibles en el campo de la cosmética y de los biofertilizantes.
El próximo día 18 de noviembre celebraremos el webinar “Agrocirc 2030: Una segunda vida a los recursos agrícolas”. El proyecto Agrocirc es un ejemplo real de Economía Circular en el territorio de Aragón que, con casi 2 años ya de andadura, intenta aportar su granito de arena al difícil reto de reducir la ingente cantidad de residuos de envases y embalajes que se producen en el sector agroalimentario y lograr la mejor opción de gestión al final en su ciclo de vida.
La experiencia surge del novedoso sistema ideado por la empresa zaragozana Feltwood Ecomateriales S.L. capaz de convertir una extensa variedad de subproductos agrarios en materiales biodegradables versátiles para la fabricación de envases, semilleros, cajas de recolección de fruta y un gran número de aplicaciones dentro de la cadena de valor agroalimentaria.
La coordinación del proyecto está a cargo de Arrocera del Pirineo y en el consorcio participan también, SAAR, Cereales Teruel y la Cooperativa Virgen de la Oliva que aportan diferentes tipos de subproductos agrarios, desde restos hortícolas a cascarillas de arroz y cereales, la empresa Feltwood que aporta la tecnología de transformación, los centros de investigación Fundación PCTAD y CITA y FACA como miembro colaborador. La Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei, además de impulsar y preparar el proyecto desde su inicio, participa en él como centro de investigación ayudando a la coordinación técnica y desarrollando los ensayos de valorización como fertilizante del efluente orgánico generado en el proceso industrial de Feltwood, que es otro de los elementos que buscan “cerrar el ciclo” de los procesos en la fabricación de estos Bioenvases.
La jornada contará con la participación de Víctor Viñuales, director ejecutivo de ECODES y Eduardo Ferrer, director técnico de VEOLIA España y será clausurada por la directora general de planificación y desarrollo económico del Gobierno de Aragón Pilar Gómez.
El proyecto
Este proyecto finalizará en octubre del 2023 y está cofinanciado por el FEADER y el Gobierno de Aragón en el marco de la medida 16 del Plan de Desarrollo Rural 2014–2020 para Aragón.
Esta innovación, inspirada y liderada por Feltwood Ecomateriales, reúne a las también aragonesas Arrocera del Pirineo, que coordina el proyecto y aportará la cascarilla de arroz; SAAR, que brinda subproductos generados en la comercialización de verduras ultracongeladas; Cereales Teruel, que proporcionará paja de trigo, cebada, maíz y patata; y, finalmente, la Cooperativa Virgen de la Oliva que suministrará paja de forrajes y otros productos como nuez, puerro o tomate.
Esta iniciativa de economía circular tendrá más desarrollos y participantes, ya que está previsto que a la hora de fabricar estos nuevos envases -semilleros y cajas para recolección entre otros- se produzca un nuevo subproducto en forma de fluido. Será la Fundación Parque Científico Tecnológico del Aula Dei la entidad encargada de analizar y caracterizar el potencial de este efluente como fertilizante de otros cultivos. Por otro lado, el CITA analizará la vida útil de estos envases para comprobar la biodegradabilidad de los mismos. FACA también participa como socio no beneficiario y aportará su experiencia y amplia red de cooperativas para fomentar la participación de otras explotaciones y la transferencia de las aplicaciones del proyecto.
Lo han conseguido investigadores de la Universidad de Córdoba a partir de restos de las plantaciones de berenjena, pimiento y tomate, inspirados por el interés de varias empresas de Almería por aprovechar esos residuos. Han conseguido crear bandejas con hasta un 60% de pasta de celulosa proveniente de los restos hortícolas, complementada con pasta de pino.
Según un estudio que está realiznado el Instituto Federal de Paraná (Brasil) en colaboración del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (España), la aplicación de residuos de la producción de heparina a una rotación de maíz y soja en Brasil aumenta el rendimiento de los cultivos, sin afectar a la calidad del suelo en el medio plazo.
La Diputación de Jaén va a colaborar en un proyecto de mejora de la sostenibilidad de los sistemas de riego por goteo subterráneo, que aprovechará los residuos de las almazaras como fertilizante mediante el uso de nanoburbujas.
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