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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resalta el valor de la biotecnología para producir alimentos de forma sostenible para una población en constante crecimiento.

Un estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) y el Instituto chino CAS-MPG de Biología Computacional sugiere que la fotosínteis puede desempeñar un papel clave en el incremento del rendimiento de una planta y por tanto en su producción.

Expertos en agrigenómica han defendido en Barcelona la manipulación genética de las plantas para incrementar hasta en un 70 por ciento la producción mundial de alimentos y abastecer con ello a los habitantes de la Tierra en el año 2050.

Las cosechas de cereales que la Humanidad utiliza ahora como alimentos básicos son el resultado de una selección de semillas realizada por nuestros antepasados hace más de 10.000 años.

Así se comprueba en el análisis de la estructura de costes y producción anual de una explotación tipo, realizado por Cajamar, que incluye gastos corrientes y de amortización. Con respecto a la campaña anterior destaca el aumento de los costes de energía (+3,7%) y la reducción de costes de control biológico (-2,8%). El total de costes se ha incrementado un 0,5 por ciento de una a otra campaña

La organización europea afirma que en el debate que enfrenta la producción alimentaria a los biocombustibles se está ignorando la realidad.

El Director General de la FAO pide un cambio en la forma de producir alimentos y en la forma de pensar de gobiernos, inversores, productores y consumidores, como único modo de poder abordar los retos y problemas derivados del cambio climático.

A medida que se agravan las condiciones en zonas áridas y semiáridas, se alteran los ciclos de diferentes nutrientes presentes en el suelo

Conclusiones de la conferencia sobre agroecología celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid

Durante 36 meses, el proyecto RESFOOD, un consorcio compuesto por 18 empresas y centros tecnológicos europeos entre los que se encuentra CNTA, va a trabajar para maximizar el rendimiento de los recursos que utiliza la industria agroalimentaria. Este consorcio incluye, además de centros tecnológicos, empresas productoras de alimentos (cuarta gama y zumos) así como fabricantes de equipamiento industrial.

Por influencia de su abuelo, un exprofesor universitario, Adolfo Casahonda Taracena estuvo interesado en los procesos de producción de alimentos desde que cursaba el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur. Por eso decidió inscribirse en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

Sin agua potable, la producción de alimentos que cumplan con todas las exigencias de inocuidad no está asegurada